La sensación de que Melilla es una ciudad segura no sólo es mérito de las estadísticas ya que al tratarse de una percepción de los ciudadanos también es importante conocer cómo se desarrollan las actuaciones de los agentes de los distintos Cuerpos y Fuerzas de Seguridad. En este sentido, la intervención de los miembros de la Policía Local que ha servido para arrestar a un instigador de los altercados en La Cañana es transcendental. Y es así porque los residentes en Melilla no sólo deben saber qué sucede en su ciudad, sino que también han de estar convencidos de que los efectivos que velan por su seguridad tienen capacidad para resolver los casos en un tiempo prudencial. Hay que dar garantías a los ciudadanos de que la ley y la actuación de los agentes de la autoridad es igual en todos los barrios de la ciudad, que Melilla no cuenta con zonas vetadas a la actuación de la justicia. Es fundamental dar a conocer que quienes promuevan o participen directamente en atentados contra los agentes de la autoridad, en altercados o en ataques contra el mobiliario o patrimonio público acabarán por tener que rendir cuentas.
Igualmente importante es la resolución del caso ocurrido este fin de semana en el centro de salud de Cabrerizas. Allí un hombre amenazó con un cuchillo a una enfermera el pasado sábado. Fue detenido, puesto a disposición judicial y condenado a 16 meses de cárcel, una sentencia que no hará que ingrese en prisión, pero que servirá para que el autor de las amenazas se lo piense dos veces a partir de ahora porque ya cuenta con antecedentes penales. Esa circunstancia le conducirá irremediablemente a prisión si se ve envuelto en unos hechos similares u otros que le acarreen una condena de privación de libertad.
Ambos ejemplos sirven para afianzar la certeza de que aunque en Melilla haya delitos como en cualquier otra ciudad, aquí quien los comete acaba rindiendo cuentas ante un juez más pronto que tarde.