Bassets la obra de rehabilitación no está respetando el valor histórico y sólo se quiera conservar la fachada. Por su parte fuentes de la Cámara apuntan que la obra cuenta con la aprobación de la Comisión Patrimonio.
Las obras que se están realizando en el edificio de la calle Pablo Vallescá, sede de la Cámara de Comercio, y obra del arquitecto modernista Enrique Nieto, han provocado las quejas del melillense Julio Bassets, que en denuncia, que una construcción catalogada cómo Patrimonio Histórico de la ciudad, esté siendo intervenida, “desmantelando por completo su interior”.
Bassets, que apuntó en la denuncia la falta de señalización y de medidas de seguridad de la obra, insiste en que le parece “increíble”, que un edificio centenario, cumplirá los cien años el próximo 2015, y que se encuentra entre los 25 edificios singulares de la ciudad, esté siendo “rehabilitado” sin estar declarado en ruina y sin respetar su valor histórico y cultural.
Así, Basstes apunta que pudo ver mientras paseaba por la zona como puertas, persianas o columnas, con valor histórico, eran tiradas en un contenedor.
En su denuncia, el melillense apunta que desconoce más datos, “aunque por lo que he sido testigo, queda constancia de que otro Edificio Histórico de la Ciudad de Melilla ha sido destruido, conservándose únicamente la fachada exterior y un pequeño tramo de escalera, desconociendo si la Ciudad Autónoma de Melilla y la Administración del Estado ha tenido ocasión de conocer estas cuestiones, y si han sido informadas de cuanto se está realizando en un edifico que forma parte del Patrimonio Histórico protegido de la Ciudad”.
El denunciante continúa su queja apuntando que “una vez más, sin avisarnos, se expolia el Patrimonio de los melillenses y de los españoles. Sin dejarnos opinar, con sorpresa, con nocturnidad, con alevosía, sin publicidad. Y cuando está en el suelo nos enteramos, y sin ninguna seguridad para trabajadores ni ciudadanos”.
Bassets insistió así, en declaraciones a El Faro, en que no entiende ni la pasividad de los ciudadanos ante la actuación que se está realizando en el edificio, ni que se haya permitido, que “al igual que sucedió en el Kursaal”, se destruya el interior de una construcción con tanto valor artístico, conservándose únicamente la fachada.
Por su parte, fuentes cercanas a la Cámara de Comercio, consultadas por este periódico, apuntan que la obra cuenta con todos los permisos necesarios y que fue aceptada por la Comisión de Patrimonio. Además, explican que la parte que se están derruyendo carece de valor y que sí que se conservará la escalera, ya que era el espacio que tenía una mayor importancia patrimonial.
Desde la Consejería de Cultura apuntan que aunque ellos no tienen datos técnicos sobre la obra, la misma fue aceptada por la Comisión de Patrimonio, por lo que seguía los parámetros necesarios para realizar una intervención de este tipo en un edificio de las características de la sede de la Cámara de Comercio.
En su denuncia, Bassets apunta además, que los trabajadores no contaban con las medidas de seguridad necesarias, y que la obra no está debidamente señalizada, ni hay ningún perímetro de seguridad que separa a los viandantes de los trabajos en la construcción.