El sindicato replica con dureza al ministro que “los puestos de confianza de la clase política no necesitan aprobar oposiciones y ganan unos sueldazos de vergüenza”.
Las declaraciones que realizó el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, el pasado martes sobre la estabilidad laboral de los funcionarios españoles no ha sentado nada bien en la formación sindical CSI-CSIF, desde donde contestaron que los empleados públicos se ganan el estar en su puesto de trabajo día a día.
“Dijo el ministro que debemos hacernos valer en nuestro trabajo. Nos lo ganamos como todos los españoles, excepto los de la casta política y sus clientes, favorecidos por sus derrochadoras actitudes amiguistas. Los empleados públicos con esfuerzo, pundonor, vocación y generosidad hacen, cada día el milagro, de que fundamentales servicios públicos funcionen”, apuntillaron desde la formación sindical en un comunicado de prensa.
Asimismo, el sindicato recordó que el 40% de los funcionarios no tiene plaza en propiedad y todos acceden al empleo público a través de una oposición, una puerta abierta a todos los ciudadanos, regida por los principios de mérito, capacidad e igualdad.
En la otra cara de la moneda, aseguró con dureza que “los cargos, asesores y acogidos de la clase política no necesitan aprobar nada, ni siquiera tener una formación o cualificación adecuada”.
“Hasta hemos tenido ministros pobremente formados”, apuntillaron desde la formación sindical melillense.
Las palabras del ministro de Hacienda en CSI-CSIF han supuesto un enfado mayúsculo, pues incluso llegaron a retar a Montoro a que repitiera sus manifestaciones “mirando a la cara a los trabajadores”.
Asimismo, la comparación entre empleados públicos y cargos de confianza de la Administración local se convirtió en una constante en la nota de prensa de la formación sindical.
“Sólo es preciso que les designe el dedo político”, señalaron en referencia a este último grupo de trabajadores. “Disfrutan de generosos sueldos de vergonzosa comparación con los mileuristas de los empleados públicos, que arrastran una inaceptable y abusiva pérdida de poder adquisitivo. Hay registros que la cifran en el 42% entre los 1982 y 2007 o en el 35% entre los años 1992 y 2011. Es injusto que siempre se quiera hacer pagar a los mismos, a los trabajadores. Que paguen los culpables por su desastrosa, cuando no prevaricadora, gestión, que son los que nos han llevado a esta crítica situación”, apostillaron desde la formación sindical.
Por último, destacaron que la estabilidad del empleado público es garantía de independencia, de neutralidad y de compromiso con una administración ética. “Somos escudo contra la corrupción y prueba de la estabilidad del Estado de Derecho, porque nos corresponde velar para que la Administración funcione sometida a la Ley, evitando la arbitrariedad y el abuso de poder”, concluyeron.
Las palabras que indignaron a la formación sindical.
El ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, afirmó el pasado martes que la reforma de la Administración “no debe dar miedo a nadie” y que “ningún funcionario tiene nada que temer”, si bien dejó claro que la administración pública “no es una oficina de contratación”. Sus declaraciones provocaron un día después una indignación mayúscula en las filas de CSI-CSIF.
En una conferencia en el Club Antares de Sevilla, Montoro defendió que hay que cambiar el concepto “equivocado” de la función pública en el sentido de creer “que quien saca una oposición ya lo tiene todo hecho y un empleo seguro”.
Así, abogó por abandonar esa mentalidad, porque quien trabaja en un servicio público “se lo tiene que ganar como todos los españoles e incluso de forma más exigente” y apostó por una administración eficiente que evite la superposición de competencias y, por tanto, el despilfarro.
“Parece que estamos ante oficinas de colocación y eso es un concepto equivocado”, señaló el ministro, quien insistió en que los ayuntamientos “no están para contratar a gente, sino para contratar a gente que sirva a los ciudadanos”, concluyó el ministro.