El proyecto recoge la mejora de la accesibilidad para peatones, la reordenación del tráfico urbano, el adoquinado de la plaza y la implantación de una escultura.
El Gobierno de la Ciudad Autónoma dio ayer por comenzadas las obras para el remozado de la Plaza de San Juan Bautista de La Salle, situada a los pies del centro de enseñanza del mismo nombre. Varios dirigentes del Ejecutivo melillense, encabezados por su presidente, Juan José Imbroda, acudieron al acto en el que se puso, de modo simbólico, la primera piedra de este proyecto, que estará completamente finalizado en mayo, si se cumplen los plazos previstos.
En palabras a los medios de comunicación, el presidente autonómico señaló que los melillenses estaban de enhorabuena, pues en apenas tres meses se dará un nuevo aspecto a esa emblemática zona, en la que se mejorará la accesibilidad, se renovará el pavimento y se reordenará el tráfico rodado para hacerlo más fluido. No obstante, hay que recordar que la pieza más llamativa de esta iniciativa es la estatua del santo que da nombre a la plaza y que se instalará justo en el centro de la misma.
La empresa Acciona Infraestructuras será la encargada de llevar a cabo este proyecto, cuyo coste asciende a 278.231 euros, de los cuales la Unión Europea (UE) aportará el 65% a través de los fondos FEDER. Las tareas de actuación afectarán a una superficie de 2.300 metros cuadrados.
El Ejecutivo melillense es consciente de que esta parte de la ciudad es transitada a diario por miles de personas, principalmente por la presencia del centro escolar La Salle, la Residencia Militar y porque su situación la convierte en un nexo de unión entre el centro y los barrios perimetrales de El Príncipe y Colón. Asimismo, se considera como un “aparcamiento alternativo” para aquellas personas que quieren dirigirse al centro y no encuentran un lugar de estacionamiento más próximo.
Por ello, el objetivo es optimizar la ordenación de espacios peatonales y rodados con el fin de que la circulación sea mucho más fluida. Además, aprovechando que las aceras se encuentran en un estado muy deteriorado y que no cumplen con los estándares de accesibilidad, se adaptarán a la normativa vigente.
“Es un compromiso que se cumple 62 años después, más vale tarde que nunca”, bromeó el presidente Imbroda, pues recordó que la creación de la estatua (que tendrá un coste de 210.000 euros) es una idea que planteó por primera vez el antaño alcalde de Melilla Rafael Álvarez Claro, allá por el año 1.950. Por otro lado, subrayó que se embellecerá la plaza mediante adoquines, de manera similar a como se hizo en el remozado Parque Hernández.
En definitiva, una “buena obra” para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. No en vano, el presidente recalcó que la zona se había convertido “en un almacén de coches”, pues prácticamente se utilizaba como aparcamiento y celebró que se le vaya a conceder una faceta más social, aunque subrayó que habrá espacio para 28 estacionamientos.
Comienzo de las tareas
Así pues, y se cumplen los plazos de ejecución previstos por el Ejecutivo de Juan José Imbroda, la Plaza de La Salle ofrecerá un aspecto completamente remozado dentro de tres meses, con el que se le espera dar a la zona un uso más social que el que ha tenido hasta ahora.
Hasta la fecha, el lugar era utilizado como aparcamiento, así que con el adoquinado de la plaza y la implantación de la escultura con la figura del santo que le da nombre, se espera crear un espacio más accesible para todos los ciudadanos melillenses.
Imbroda pide paciencia mientras dure el proyecto
El presidente de la Ciudad Autónoma admitió que las tareas de remodelación podrían suponer una molestia para los padres y madres que cada día se acercan al centro de enseñanza a dejar y recoger a sus hijos, lo que suele ser motivo de grandes atascos.
Así pues, señaló que se llevará a cabo una reordenación provisional del tráfico rodado para crear el menor número de inconvenientes posibles. No obstante, Imbroda señaló que la costumbre es aparcar “justo en la puerta del centro”, algo que no será posible ahora, por lo que habrá que dejar el coche en los aledaños de La Salle.
“Yo también he sido padre de niños que estudiaban en este centro educativo y comprendo cómo se sentirán los melillenses, pero les pido un poco de paciencia, ya que luego se alegrarán de los beneficios que conllevará esta obra”, concluyó el presidente autonómico.