La ciudad contará con un nuevo Régimen Económico y Fiscal. El presidente Juan José Imbroda ha regresado del Congreso del Partido Popular en Sevilla con el visto bueno del ministro Cristóbal Montoro para iniciar el proceso de reforma. La medida apunta en la misma línea que la mayoría de carácter económico adoptadas en los últimos tiempos: Colaborar en la búsqueda de la salida de la crisis económica.
Por desgracia, Melilla no se encuentra en su actual situación por una sola circunstancia ni es posible achacar la crisis en la ciudad únicamente al actual Régimen Económico y Social. Sin embargo, su reforma sí puede contribuir a acercarnos un poco a la salida del túnel, siempre que las medidas propuestas sean acertadas y eficaces. Las pinceladas aportadas por el presidente Imbroda apuntan a dotar de un mayor nivel de liquidez al sistema. En esta línea se mueve la propuesta de modificaciones en el Impuesto de Producciones, Servicios e Importaciones (IPSI), que permitirá que los comerciantes no tengan que pagar anticipadamente por la mercancía que aún no se ha vendido. También se modificará el Impuesto de la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y aumentará la bonificación por deducción con la que cuentan los residentes de Melilla y Ceuta. Además, habrá cambios en el impuesto de sociedades y en el del juego, que ambas ciudades autónomas aspiran a gestionar como ya lo hacen las comunidades autónomas.
En definitiva, son medidas enfocadas a aumentar el dinero disponible por parte de los ciudadanos, empresas e instituciones. Este mayor nivel de liquidez puede animar a que nuevas sumas entren en el circuito económico, pero no es una garantía total, como nada lo es en economía, una ciencia llena de paradojas y de explicaciones más cercanas a la psicología o la sociología que a las matemáticas. Así ocurre que, a veces, no basta con ‘dar’ más dinero a los ciudadanos si no están dispuestos a gastárselo.