Es probable que se realicien actuaciones para un caso de seismo o de inundaciones, aunque aún no está decidido.
Melilla volverá a ser el escenario de un simulacro de catástrofe natural en abril de este año, tal y como ocurrió en el 2010, cuando se llevaron a cabo ejercicios de campo para actuar en caso de un tsunami afectará a la ciudad autónoma. Así lo anunció en la jornada de ayer el teniente general de la Unidad Militar de Emergencia (UME), José Emilio Roldán, quien se reunió con las principales autoridades políticas de Melilla, destacando su presidente, Juan José Imbroda y el delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani.
Poco se sabe de la naturaleza del simulacro que tendrá lugar dentro de un mes y medio, pues el teniente general de la UME aseguró que todavía no se ha decidido la catástrofe natural con la que se llevarán a cabo las actuaciones, aunque subrayó que, al igual que sucedió hace dos años, su realización servirá para establecer las líneas de actuación más eficientes en caso de un cataclismo afectase a la ciudad, así como para limar posibles fallos.
Lo más probable es que el simulacro trate un caso de seísmo o de inundaciones, algo que se decidirá en los próximos días y de lo que se ha tratado en profundidad con la Consejería de Seguridad Ciudadana y con el Cuerpo de Bomberos de Melilla. Como recordó Roldán, la simulación afectará a toda Melilla y requerirá de un gran despliegue de medios, así como de la colaboración de los ciudadanos.
La última vez que la UME llevó a cabo un simulacro de estas características fue en mayo del 2010. En aquella ocasión se escogió un tsunami como catástrofe ante la que actuar y se llevaron a cabo maniobras que abarcaron desde el protocolo de actuación tras el avistamiento hasta la búsqueda de víctimas bajo los escombros.
En aquella ocasión, la voz cantante del ejercicio la llevó la propia UME, que desplazó a la ciudad autónoma a 200 de sus efectivos para participar en tareas como la reconstrucción de puentes y el restablecimiento de las comunicaciones.
Melilla pasó con nota aquella prueba, aunque sus máximos responsables señalaron que había algunos aspectos que se podían mejorar. En el lado positivo, lo más destacable de aquellas dos jornadas fue la excelente coordinación entre todos los participantes.