El congreso que los socialistas han celebrado este fin de semana tenía como objetivo dar el primer paso para afianzar el PSOE y transformarlo en un partido sólido y capaz tanto de plantear una oposición seria como de convertirse en una alternativa viable de gobierno. Sin embargo, el evento de Sevilla no ha cauterizado todas las heridas ni garantiza una capacidad de respuesta en el PSOE ante eventos como las próximas elecciones en Andalucía, plagadas de malos augurios para los socialistas. En este sentido, resulta curioso ver cómo el nuevo secretario general ha elevado hasta la Presidencia del PSOE a José Antonio Griñán, un desafío a las encuestas que aseguran que será el primer presidente de Andalucía que pierda este importantisimo feudo socialista.
También plantean dudas los próximos pasos que dará Carme Chacón, nuevamente ‘derrotada’ por Rubalcaba, esta vez por la fuerza de los votos de sus compañeros de partido. En esta ocasión no cabe achacar el tropezón al aplastante poder del ‘aparato’, que, no obstante, lo ha continuado teniendo enfrente. Sin el apoyo explícito de Zapatero (que tal y como estaban las cosas no pasaba de ser un lastre) y con la paternal comprensión de un Felipe González que, sin embargo, no dudó en respaldar a Rubalcaba, el éxito de Carme Chacón hubiera resultado un auténtico golpe en la mesa. De hecho, en sus circunstancias perder por sólo 22 votos no puede ser entendido como un total fracaso. Por ello, es importante saber qué camino va a tomar la candidata catalana. De momento, ya ha dicho ‘no’ a Rubalcaba, que pretendía hacerla desaparecer en una Ejecutiva llena de ‘enemigos’. Falta saber si esa decisión de Carme Chacón es el primer paso en su despedida tras dos tropezones consecutivos o si sólo está poniendo tierra por medio para tomar carrerilla y volver a intentarlo por tercera vez.