Imbroda asegura que Melilla es “una ciudad bendita” porque en ella habitan cuatro culturas en unión, respeto y convivencia.
Unas 200 personas acudieron ayer al encendido público de las velas de Januká, festividad judía que comenzó ayer y durará ocho días según la tradición. Autoridades militares y civiles acompañadas de los representantes de las distintas culturas, comunidades y religiones acompañaron a los creyentes judíos en esta festividad. El encargado de realizar el encendido de la primera luminaria fue el rabino Yamín Bitán quien realizó una bendición para todos los presentes.
Bitán comentó que esta oración estaba dirigida para que las velas iluminaran el camino a los dirigentes de la ciudad y que pidió también por la salud de todos los melillenses.
Tras el encendido de la primera vela, dos alumnos del colegio Liceo Sefardí leyeron varias reflexiones para dar a conocer esta festividad al público.
El Januká es la fiesta de las luces, es decir, una festividad judía que se celebra durante ocho días y en la que se conmemora la derrota de los helenos y al recuperación de la independencia judía. Según la tradición, en el templo de Jerusalén tan sólo quedaba aceite para un día cuando estaban siendo asediados, pero el candelabro pudo seguirse encendiendo durante siete días más.
El rabino tomó el shamash, la novena vela para encender la luminaria que estaba situada en la janukiá, el candelabro de ocho brazos que puede tener un lugar adicional.
Los dos alumnos también destacaron que esta festividad era importante no sólo por el milagro del aceite, sino porque el pueblo de Judea pudo vencer a los tiranos que deseaban acabar con sus tradiciones y su religión. Hay otras historias sobre situaciones sorprendentes y parecidas al milagro del aceite del templo de Jerusalén, pero se celebra la Januká porque el milagro también fue la salvación de la cultura de este pueblo.
Por lo tanto, se trata de una fiesta con una celebración espiritual y no sólo de la salvación física de este pueblo.
El vicepresidente de la Comunidad Israelita de Melilla, Aarón Cohen, agradeció al Instituto de las Culturas la organización por segundo año consecutivo este encendido público de las luminarias de Januká, con la que se suma la ciudad a otras regiones de España donde se realiza este mismo acto para todos los ciudadanos.
Así, señaló que en Melilla la convivencia entre las diferentes culturas y religiones no sólo es posible, sino que ha dado sus frutos durante estos años favoreciendo el respeto entre todos los melillenses.
En último lugar intervino el presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, quien aseguró que en su casa esta noche también prenderían una de las velas y festejarían el Januká.
Imbroda aseguró que la Januká o la Navidad son fiestas “muy melillenses” y que con la celebración pública y participativa de todos los ciudadanos en ellas se continúa en el buen camino por el que debe ir Melilla para que la paz y la tolerancia sigan siendo características de este pueblo.
Además, señaló que la comunicación entre todas las culturas y comunidades de la ciudad es vital para hacer de Melilla “un pueblo grande”.
Imbroda afirmó que el milagro permanente era que Melilla vive en paz y que celebra unida todas las fiestas, lo que hace que sea “una ciudad bendita”.
También agradeció a todos los presentes por trabajar en este camino de unión, respeto y convivencia.
Por el milagro ocurrido con el aceite, se acostumbra a comer alimentos fritos en aceite, como latkes, sufganiot o donuts, y todo el público fue invitado a tomar un té con estos dulces al finalizar la actuación del grupo de música sefardí, Axabeba.