La escuadra melillense desaprovechó una oportunidad de oro para situarse a un punto del cuarto clasificado y a tres del segundo, el Cádiz CF, viendo cortada su magnífica trayectoria en el grupo IV de Segunda División B.
Decía Johan Cruyff que cuanto más tiempo llevas sin perder, más cerca está la derrota. La UD Melilla llevaba seis jornadas en las que acumuló cuatro victorias y dos empates, de tal manera que afrontaba el choque ante el Real Jaén, y tras el empate del sábado entre el Cádiz y el San Roque, con la posibilidad de acabar la jornada a un sólo punto de los puestos de play-off y a un triunfo del segundo clasificado, precisamente en posesión del equipo de la Bahía. Pero los azulinos, bastantes desdibujados con respecto a otros partidos en casa, no aprovecharon la ocasión y, una vez más en los últimos minutos de partido, dejaron escapar tres puntos muy valiosos de Álvarez Claro.
El Municipal melillense se ha convertido en el talón de Aquiles del equipo unionista. Con la del domingo, el Melilla suma su tercera derrota en casa, además de otros tres empates cosechados con anterioridad. Hecho que hace que la escuadra dirigida por Óscar Cano no esté, desde hace tiempo ya, en los lugares de privilegio de la clasificación. Con los tres puntos que 'volaron' ante el equipo jienense del coliseo azulino, el conjunto melillense ha 'dilapidado' un total de 15 puntos que, a estas alturas de temporada, significa una auténtica sangría de la que costará sangre, sudor y lágrimas recuperarse.
Menos mal que los de arriba, a excepción del Betis B, líder sólido de la competición, también se están dejando puntos en el camino; lo que hace que a pesar del varapalo sufrido ante los de Manolo Herrero, la UD Melilla siga situada en la zona 'caliente' de la tabla y con las posibilidades intactas de alcanzar el objetivo marcado para la presente temporada. Eso sí, el margen de error se estrecha cada vez más y a las seis derrotas que acumulan hasta la fecha los azulinos, pocas más se pueden añadir. Teniendo en cuenta, sobre todo, que los equipos que ahora están arriba pierden muy pocos partidos. El filial verdiblanco lo ha hecho en tres ocasiones; el Cádiz y el Lucena en dos y el San Roque de Lepe, equipo que delimita la zona de play-off, lo ha hecho en cuatro envites.
El duelo entre dos clásicos de la categoría, no obstante era el décimo octavo que afrontaban en Segunda División B, vino precedido por la noticia de la renovación al frente de la dirección técnica de la UD Melilla de Óscar Cano. Un hecho que ha podido generar mayor o menor controversia pero que, en cualquier caso, pudo haberse anunciado mucho antes o poco después del partido para no desviar la atención y la importancia que tenía el choque ante le Real Jaén. Un equipo que, a fuer de ser sinceros, y, a pesar de barajar el peor presupuesto de los últimos veinte años, según manifestó su entrenador Manolo Herrero, saltó al césped de Álvarez Claro con la lección bien aprendida y sin perder las señas de identidad que le caracteriza esta temporada, la del toque y elaboración. Con un buen juego interior y desborde en las bandas a pesar de las bajas significativas que presentó.
Los enfrentamientos entre melillenses y jienenses se han caracterizado, siempre, por la igualdad entre ambos independientemente de los presupuestos que barajasen uno y otro. A veces muy dispares. Unas en favor de los del Santo Reino y otras, las últimas temporadas, a favor de los melillenses. La victoria del Jaén equilibró el balance en cuanto a victorias, empates y derrotas. Seis triunfos para el Melilla; seis empates y seis victorias para los visitantes. El Jaén consiguió igualar con el 0-1 de su última comparecencia en Álvarez Claro, la tercera ocasión que ocurre, el güarismo que hasta la fecha se le había dado mejor: el 0-1, en las tres ocasiones restantes.
Al Melilla no le queda otra que afrontar el próximo partido ante la AD Ceuta, Sábado a las 17:00 horas en el Alfonso Murube, con la necesidad imperiosa de volver, cuanto antes, a la senda del triunfo para acabar el año en inmejorable situación y para asaltar, al regreso de las vacaciones de Navidad, la zona privilegiada de la tabla.
Los de Óscar Cano no lo van a tener fácil ante un equipo que dispone de una plantilla compuesta por muy buenos jugadores, a pesar del enorme 'tijeretazo' que ha sufrido esta temporada en su presupuesto. El Villanovense y el San Roque han sido los dos únicos equipos que saldaron con triunfo su visita a feudo ceutí. Ejido y Lucena arañaron un valioso punto. Por contra equipos como Sevilla Atlético y Linense cayeron derrotados por los pupilos de Sergio Lobera, un técnico salido de la cantera del FC Barcelona y que apuesta por el buen trato a la pelota. Aunque los resultados, a veces de manera injusta, no hayan acompañado al cuadro caballa. Lo que hace que el encuentro entre los dos equipos norteafricanos adquiera una mayor dimensión, ya que ambos aspiran a luchar por el mismo objetivo y a ubicarse, por tanto, en las mejores condiciones posibles de cara a una segunda vuelta que se presenta no apta para cardiacos.
Ante el Almería B, el Ceuta logró igualar un partido que se le había puesto muy cuesta arriba cuando agonizaba la primera parte. A la vuelta, cambió totalmente la decoración y los de Lobera se hicieron con el control absoluto del choque que les sirvió para arañar un punto. El único sumado en sus tres últimas salidas.
En cuanto al resto de la jornada, cabe destacar el reparto de puntos entre el Cádiz y el San Roque, segundo y cuarto clasificado. Los del Ramón de Carranza arrancaron de manera espectacular, borrando prácticamente a los leperos del terreno de juego. Dani, a los doce minutos, aprovechó una de las numerosas ocasiones que generó el equipo de Jose González pero la ineficacia ante el marco adversario les pasó factura al final. El San Roque, con inferioridad numérica durante casi media hora, se repuso a la vuelta de los vestuarios y Jesús Rubio estableció el empate desde los once metros, como consecuencia de un penalti cometido por Yuste sobre Moscardó. La hinchada amarilla despidió, una vez más, a su equipo con una atronadora música de viento. A pesar del segundo puesto, los aficionados gaditanos, conscientes del potencial del equipo, no están por la labor de perdonar cualquier tropiezo al representante de la Tacita de Plata.
Lucena y Linense no pasaron del empate inicial a pesar de que los de Falete hicieron méritos suficientes para ganar. El punto sumado por los de La Línea vale para que los de Rafa Escobar no se distancien de las cuatro primeras plazas, zona en la que precisamente se han desenvuelto durante prácticamente toda la primera vuelta. Por su parte el cuadro aracelitano suma su séptima jornada sin perder y su cuarto empate consecutivo.
El Puertollano, que sigue por delante de la UD Melilla en la tabla, recibió una manita en su visita al feudo del Sevilla Atlético. Los de Manolo Zúñiga bajaron los brazos tras encajar el segundo gol a poco del inicio de la segunda parte, hecho que aprovecharon los de Ramón Tejada para redondear el marcador en un buen partido.
Otro de los equipos que sigue inmerso en una extraordinaria dinámica positiva es el Cacereño. Los de Pedro Braojos sumaron un nuevo empate a cero goles en su segunda salida consecutiva. Los extremeños encadenan, de esta manera, la séptima jornada sin conocer la derrota y se consolidan en mitad de la tabla con 23 puntos.
La visita del líder al Municipal de San Pablo, se saldó con un nuevo triunfo de los de Vidakovic. El duelo de rivalidad regional no defraudó a nadie y los aficionados astigitanos pudieron presenciar, con diferencia, el mejor partido disputado en el San Pablo. El choque resultó vibrante, muy entretenido, con fases de buen juego, muchos goles y emoción hasta el último suspiro ya que los locales a punto estuvieron de igualar el marcador pero el filial verdiblanco, a pesar de su juventud, tiró de oficio para solventar con éxito un gran partido que lo consolidan como líder indiscutible del Grupo IV.