Tras cuantificar y consensuar con Ceuta el coste de unos servicios que se encarecen notablemente en ambas ciudades por nuestra situación y condiciones geográficas exclusivamente.
El Gobierno local ha coincidido en valorar con el ceutí de Juan Vivas que el coste por la producción de agua desalinizada y la atención a menores extranjeros exige del Estado una partida anual de unos 8 millones de euros en números redondos, a desglosar en 4 millones para sufragar el mayor coste que supone la desalinización de agua marina para su uso posterior como agua potable, y la atención especial que por la condición de ciudades fronterizas deben prestar tanto Melilla como Ceuta a un elevado número de menores extranjeros, en un altísimo porcentaje procedentes del vecino Marruecos.
Así lo confirmó ayer a este Diario el consejero de Economía y Hacienda, Daniel Conesa, quien participó junto al viceconsejero del área y el presidente de la Ciudad en la reunión que se mantuvo el pasado día 1 en Madrid con la delegación ceutí que encabezó Juan Vivas.
Conesa insistió en que no se pretende nada que no se tuviera pero que, sin embargo, ha ido perdiéndose en los últimos años por los recortes progresivos del Gobierno Zapatero o bien por el anuncio de que para 2012 las ayudas para compensar la producción del agua no se incluirían en los PGE.
Tanto Melilla como Ceuta esperan que la mayor sensibilidad del Gobierno de Rajoy permita mantener la situación actual, por la que cada ciudad recibía 4 millones de euros aproximadamente para compensar el mayor coste de una desalinización que, según estimaciones de la Consejería de Medio Ambiente, tiene un precio de 60 céntimos de euro por metro cúbico.
Conesa incidió en que se pretende seguir recibiendo la subvención para “que el coste de producción no haya que trasladarlo a la tarifa” que abonan los melillenses.
Asimismo, se busca una mayor aportación del Estado en la atención a los menores extranjeros que llegan a Melilla porque se trata de una situación “derivada de nuestra situación fronteriza, que no se da en otras ciudades y que, ahora, nos exige detraer gastos de otro sitio para poder seguir prestando el servicio”.
En suma, “problemas específicos” de Melilla y Ceuta, en palabras de Conesa, que exigen criterios singulares. “No se nos pueden aplicar los mismos criterios que a Cuenca o Albacete -por poner algún ejemplo- porque aquí se dan situaciones distintas y derivadas de nuestra situación geográfica que exigen se nos preste una atención distinta también a la que pueda prestarse a otros territorios españoles”.
De hecho, el coste por desalación del agua es más caro que la producción de agua a base de pantanos pero es una opción obligada para nuestra ciudad y Ceuta, por nuestra condición de facto insular en materia de aprovisionamiento de agua.
“Se trata de problemas que se derivan de nuestra situación fronteriza y en general de nuestra ubicación geográfica. El espíritu de lo que vamos a pedir -en referencia a los 8 millones de compensación anual para cada ciudad- no es más que intentar mantener lo que ya teníamos, y que en el caso de los menores hemos ido perdiendo progresivamente y que en el del agua ya se nos anunció que no volvería a dársenos”.
Para Conesa, es evidente que hablamos de cuestiones, en especial en el caso de los menores, que no constituyen problemas propios de Melilla y que por tanto exigen de la implicación del Estado. En tal sentido, recuerda que con el Gobierno de Aznar se firmó un acuerdo por el que Melilla y Ceuta recibirían, cada una, 3 millones largos para atender los servicios a los extranjeros con menoría de edad que llegaran a ambas ciudades y que el Gobierno Zapatero ha ido recortando la partida hasta dejarla en poco más de un millón de euros. “Es evidente -añadió- que la prestación del servicio de atención a esos menores supera esos costes y que si los asumimos prácticamente en solitario, como ya hemos hecho este año, lo tendremos que hacer a costa de detraer capacidad de gasto en otros servicios o políticas asistenciales que necesitan los melillenses”.
Reivindicar lo que ya se tenía
Cuando Conesa dice que con la petición de 8 millones al Gobierno central no se pretende otra cosa que mantener lo que ya se tenía, no hace más que reiterar el espíritu de los acuerdos entre Melilla y Ceuta, que en lo relativo al ciclo del agua dicen textualmente que se demandará “un régimen de ayudas similar al que se aplicaba con anterioridad, en virtud del cual el Estado sufragaba el 90% de los costes de desalinización”. “Una revisión -añade el mismo documento- que consideramos plenamente justificada por cuanto los referidos costes se ven notablemente condicionados por la singular característica de no disponer -ninguna de nuestras dos ciudades- de recursos hidrológicos naturales”. Asimismo, en lo relativo a menores, Ceuta y Melilla coinciden en que “la creciente presión migratoria, vinculada al hecho fronterizo” colisiona “de manera rotunda, con el recorte que para la atención a los menores extranjeros ha practicado el Gobierno de la Nación durante la pasada legislatura: un retroceso -concluyen- que debería corregirse”
Acabar con los agravios comparativos
Además, Conesa señaló que con el mantenimiento de los 4 millones para subvencionar el coste de la producción de agua no se hace otra cosa que “reivindicar que no existan agravios comparativos”, como los que, dijo, ha pretendido crear el Gobierno saliente, el de Rodríguez Zapatero, que anunció a Melilla y Ceuta que no volvería a concederles dicha subvención, pero en cambio “la ha mantenido con las Islas Canarias por motivos exclusivos de interés político”. Por ello, reiteró las críticas de la Ciudad Autónoma contra el gobierno socialista, “por su escasa visión de las especiales circunstancias de Melilla” y por plantear “agravios comparativos” entre Melilla, Ceuta y Canarias, a la que sí se mantiene la subvención al coste de producción de agua por un montante anual de casi 10 millones de euros.