Nuestro periódico realiza hoy un primer análisis de los resultados de las elecciones generales del pasado domingo, que de principio afianza las conclusiones iniciales que ya les ofrecimos el pasado lunes, al hilo de un primer cotejo apresurado de los resultados que se dieron a conocer en la madrugada de ese mismo día.
Los del pasado 20N han sido unos comicios de excepcionales resultados para el PP, que no sólo ha batido todos sus récords electorales, sino todos los récords de porcentajes de voto a favor de una sola candidatura que hasta ahora se habían registrado en la actual etapa democrática de Melilla. Además, resiste incluso y con buena nota una comparativa con las elecciones autonómicas de hace 6 meses, porque a pesar de que en aquellas sí concurrió CpM, en estos últimos comicios el PP sólo ha perdido 9 votos en el conjunto de los 6 colegios considerados los feudos históricos electorales de los cepemistas, tal cual son el Mezquita, el Rusadir, el Juan Caro, el León Solá, el Mediterráneo y el CPR. De hecho, el PP ganó en todos esos colegios el pasado domingo, salvo en el CPR o Centro de Profesores y Recursos, en el que su desventaja respecto del PSOE es de poco más de 20 votos.
Las últimas elecciones han consolidado de pleno al Partido Popular de Melilla como la opción política de más amplio calado electoral entre el total de la ciudadanía melillense, sin distinción por razón de origen, religión o clase social. Es comprensible por tanto que los populares se encuentren pletóricos a pesar de una abstención en parte alentada por CpM que, no obstante, lejos de perjudicar al PP, se ha cebado en mayor medida con un PSOE totalmente sumido en la debacle.