El sindicato se muestra a favor de las reclamaciones de los padres de los alumnos del Reina Sofía.
El delegado de Enseñanza del sindicato CSI-CSIF en Melilla, Luis Escobar, comentó a El Faro que el centro de educación especial de Ceuta cuenta con más recursos y personal que de los que se dispone en el Reina Sofía de Melilla. Así, mostró su apoyo al grupo de padres y madres que hace dos semanas presentaron ante la Dirección Provincial de Educación una denuncia ante la falta de cuidadoras y de otros profesionales que por ley deberían atender a sus hijos.
Escobar comentó que cuando el Reina Sofía abrió sus puertas tan sólo había 35 alumnos y estaban repartidos en seis grupos, y que en cada uno de ellos se contaba con una cuidadora. Sin embargo, actualmente el número de alumnos asciende a 88. En total, hay quince grupos y el mismo número de cuidadoras que cuando se inauguró el centro.
“Se ha casi triplicado el número de alumnos y se mantienen el número de cuidadores”, aclaró el delegado de CSI-CSIF. Además, añadió que si a esta situación de sobrecarga para estos profesionales se les suma que no se realizan las sustituciones del personal cuando hay una baja, la problemática del centro se complica aún más.
Escobar indicó que en el centro de educación especializada de Ceuta cuentan con catorce cuidadores y cinco fisioterapeutas, mientras que en Melilla tan sólo hay seis cuidadores y un fisioterapeuta a tiempo completo y otro profesional de esta misma rama sanitaria que divide su tiempo entre el Reina Sofía y otro colegio.
De esta forma, el delegado de este sindicato resaltó las diferencias que hay entre estos dos centros, a pesar de que los dos dependen del Ministerio de Educación (ME), pues ni los gobiernos locales de Melilla ni de Ceuta cuentan con la competencias en esta materia.
Reclamación de los padres
Escobar señaló que los padres de los alumnos del Reina Sofía están en su derecho de realizar esta denuncia y que la razón se la da la propia ley de educación que debe cumplir el ME.
Así, añadió que la Dirección Provincial de Educación permite que se produzcan este tipo de problemáticas y que además, “hace oídos sordos” a las reclamaciones de sindicatos y de los padres de los alumnos.
Por otro lado, el delegado de CSI-CSIF de Educación en Melilla hizo hincapié en que no se comprende cómo el ME no tiene otra actitud ante carencias de este tipo, cuando el grupo de alumnos que acude al Reina Sofía son una minoría y un colectivo muy sensible, ya que son niños con necesidades especiales y, por tanto, precisan más atención.
La normativa
Escobar indicó respecto a este tema que hay dos problemas, es decir, uno legislativo y otro de voluntad.
En primer lugar, comentó que la ley 849/2010 marca el número de alumnos por profesor que debe haber en las aulas, pero que al tratarse de una normativa nacional, cada comunidad autónoma debía desarrollarla. Sin embargo, Melilla y Ceuta, al depender del ME de forma directa, no ha visto detallado este reglamento, por lo que surgen un gran número de dificultades, según explicó Escobar.
También apuntó este delegado sindical que hay una falta de voluntad por parte de la Administración de cubrir las necesidades del Reina Sofía.
SATE-STEs resalta la implicación de los padres
El componente de SATE-STEs, José Luis Belmonte, indicó a El Faro que desde su sindicato están totalmente de acuerdo con la actitud tomada por los padres y madres de los alumnos del CEE Reina Sofía. En este sentido, resaltó la implicación de los padres para que se consiga que la Dirección Provincial de Educación cumpla con la normativa que obliga a la contratación de más personal.
De esta forma, SATE-STEs remarcó la importancia de estas acciones para reivindicar una escuela pública de calidad. También insistieron en que los recursos y profesionales que actualmente hay en el Reina Sofía son insuficientes por el aumento del alumnado que ha experimentado este centro desde su constitución.
Por otro lado, Belmonte comentó que muchas carencias de este tipo en los colegios e institutos de la ciudad vienen dadas porque al realizar la planificación del curso se cuenta con el número de alumnos que hay en el mes de junio y no la cifra real de niños que comienza el curso en septiembre. Con lo cual, los medios y recursos que se planifican no son suficientes a la hora de empezar el curso lectivo.