{jaimage crop="TC" /}El actor Emilio Gutiérrez Caba protagoniza al profesor Abraham Van Helsing en la obra Drácula, la nueva representación teatral que se estrena esta noche a las 21:30 horas en el Kursaal.
Esta noche se estrena en Melilla la obra Drácula, una representación que ofrece suspense y trucos mágicos combinados con la interpretación de un gran elenco de actores, como el conocido Emilio Gutiérrez Caba, que dará vida al profesor Abraham Van Helsing. Este actor, que actualmente protagoniza una de las series con más éxito de la parrilla de televisión, ‘Gran reserva’, comenta en El Faro los principales atractivos de esta representación teatral. Compartirá el escenario esta noche y la del sábado con Ramón Langa, Martiño Rivas, María Ruiz, Amparo Climent, César Sánchez y Mario Zorrilla.
Emilio Gutiérrez visita por quinta o sexta vez Melilla, ya que ha presentado varias obras de teatro en la ciudad, entre ellas, una dedicada al actor José Tallaví, que nació aquí, aunque se educó en Málaga. Un gran intérprete del teatro español de principios del siglo XX.
Así, comentó que la ciudad tiene bastantes atractivos, y que suele conocerse por lo que ha significado el norte de África para España. En este sentido, apuntó que tiene un aliciente histórico, un clima excelente y que es una gran desconocida para los españoles. No obstante, resaltó que Melilla tiene atractivos suficientes para venir primavera y otoño a dar una vuelta.
–¿Cómo le llegó la propuesta de interpretar al personaje del profesor Van Helsing?
–Hace un par de años que Jorge de Juan, uno de los directores, me propuso hacer una versión del texto de la obra inglesa orginal de teatro de Drácula. Esta adaptación es libre, añadió más cosas y varios conceptos. Pero básicamente, lo que está en la obra es la llegada de Drácula a Inglaterra y lo que ocurre con este vampiro, que en la historia original se lleva a cabo en Transilvania, aunque en la primera versión teatral de Hamilton Deane ya se desarrollaba en Inglaterra.
–Está muy de moda el mundo de los vampiros con la aparición de las novelas y películas de la saga ‘Crepúsculo’ y otras series de televisión. ¿Da un poco de miedo formar parte de este proyecto teatral cuyo protagonista es un personaje conocido a nivel mundial, como es Drácula?
–Hay un doble concepto. Drácula es muy conocido y se sabe quién es el personaje. Habrá gente que conozca muchos más detalles de él y el mundo de los vampiros, y otras que vayan a encontrarse con una obra que refleja a este personaje que conocen de una manera superficial.
Este Drácula tiene varios alicientes. Es un Drácula en el que la magia a veces se entremezcla con lo que pasa en escena; y en el que se cuenta la historia tal como transcurre en la obra teatral inglesa. Para los que no hayan ido al teatro, no es una obra de miedo. Hice ‘La mujer de negro’ en Melilla y creo que en esta obra sí se pasaba miedo. Pero en Drácula no, aunque en cierta medida sí hay bastante inquietud. No obstante siempre está el recordar que no hay pruebas de que estas cosas existan, pero tampoco de que no existan.
–¿Van Helsing y Drácula serían el bien y el mal de esta historia?
–Van Helsing en esta versión tiene una doble connotación emocional, que el adaptador ha tenido a bien que Lucy, la primera de las chicas que fallece cuando Drácula empieza a vampirizarla, fuera su hija y por eso, queda tocado por la parte emocional. Es una visión distinta a la de la leyenda. Lo interesante de Van Helsing es que es un científico y cuando se enfrenta a Drácula lo hace con una tremenda curiosidad científica. Los científicos son personas en cierta medida frías para tomar determinadas decisiones. Eso implica cierto riesgo, pues en este caso la hija de Van Helsing fue asesinada por Drácula y hay un componente extra que no estaba, ni si quiera, en la versión teatral inglesa. Es una propuesta que para unos estará bien y para otros no. En esta obra no es que exista el bien y el mal, a pesar de que Drácula lo encarna a veces. No es tanto el mal, ya que incluso en la versión de Coppola se enamora de la chica y todas las personas que sienten amor no son la encarnación absoluta del mal. En Drácula lo que hay es un choque de curiosidades, la de un científico que por fin se encuentra a una criatura de la noche, es decir, una leyenda que realmente existe y que es un descubrimiento excitante; y también otra criatura que es Drácula, que se encuentra con el personaje de Mina y que se enamora de ella como un humano, a pesar de que sea una criatura de la noche que lleva 500 años muerto.
–¿Qué nos destacaría de la obra de teatro para animar a los melillenses a ir a verla?
–Es una obra muy entretenida, en primer lugar, algo fundamental para el teatro. Luego reúne una serie de elementos, como los actores, pues está el caso de gente joven como Martiño Rivas, que es muy conocido por ‘El Internado’, y también está Ramón Langa, que una de las mejores voces del doblaje español y que hace el personaje de Drácula. Hay un decorado precioso y todo lo que es la banda sonora y lo que ocurre es un espectáculo muy entretenido. Para aquéllos que nunca hayan visto el teatro van a encontrar que les ofrece una sorprendente distracción; y para los que ya hayan ido en otras ocasiones verán una actuación sólida y, sobre todo, solvente. Se estrenó en Sevilla con cinco representaciones y se llenó en todas. El público quedó muy contento y espero que el público de Melilla, que siempre es muy cariñoso, decida dar el mismo calor a esta obra.
–¿Cuáles son sus futuros proyectos profesionales?
–Estoy embarcado en la tercera temporada de ‘Gran reserva’, que empezamos a grabar el 12 de septiembre. Ya tenemos dos capítulos y para mediados de este mes tendremos unos cuarto grabados. Se emitirá para enero y en febrero se decidirá si continuamos con la cuarta temporada. En el plano teatral, Drácula, que entra en Madrid el viernes 13 de enero en el teatro Marquina, aunque en principio iba a comenzar en septiembre. Sin embargo, al estar grabando la serie de televisión preferiría empezar con Drácula y su representación de forma discontinua y para enero comenzar la temporada constante.