La decisión de Rajoy de acudir a Melilla el próximo martes, el día después de su único debate electoral televisivo con su principal adversario, Alfredo Pérez Rubalcaba, llena de satisfacción a los populares melillenses, pero tiene, como señaló ayer el presidente de la Ciudad y también del PP local, Juan José Imbroda, un valor trascendental para el conjunto de melillenses.
La afirmación puede sonar grandilocuente, pero no lo es si se tiene en cuenta que Rajoy será con altísimas probabilidades el futuro presidente del Gobierno de la Nación.
Menos lo es aún si se considera que hace sólo dos días el PP nacional ha presentado un programa electoral en el que recoge mucho más que una mención expresa a Melilla y Ceuta: El programa supone un abierto compromiso con la esencia de lo que ambas ciudades piden y necesitan para poder avanzar en su desarrollo económico y social y, al menos, equipararse en esos parámetros al resto de España.
La visita de Rajoy, en plena campaña electoral, es un auténtico espaldarazo a Melilla, a la necesidad de acabar con una etapa de oscurantismo empeñada en ignorar nuestras especificidades y con ello también nuestro gran potencial como territorio europeo en el Norte de África.
Sus compromisos se redoblarán en valor en su próximo mitin ante los melillenses.
Rajoy siempre ha tenido una especial sensibilidad con Melilla y sus actos lo siguen demostrando actualmente.