Abderraman Benyahya analiza el proyecto que podría derivarse de la Jornada sobre Religión, Ciudadanía y Espacio Público que ha reunido a numerosos intelectuales en nuestra ciudad.
Con un total de 26 ponentes entre los que destacaban algunos de reconocida altura intelectual y proyección internacional como Paul Balta, Juan José Tamayo o el diplomático Manuel Piñeiro, por citar sólo algunos, la I Jornada sobre Religión, Ciudadanía y Espacio Público, celebrada en Melilla los pasados 27 a 29 de octubre, bajo la organización del Instituto de las Culturas y la Asociación Musulmana de Melilla, apuesta por convertirse en el germen de un futuro Observatorio Geopolítico para el Diálogo Intercultural.
La idea, como reconoce el secretario general de la Asociación Musulmana de Melilla, Abderraman Benyahya, no es del todo nueva. Ya se intentó cuando se creó la Mesa Interconfesional, con participación de todas las comunidades religiosas que existen en nuestra ciudad, y que pretendía exportar hacia el exterior el proyecto sencillo que primero se implantó en nuestra tierra. Sin embargo, aquella Mesa, que las mismas comunidades religiosas quieren recuperar, se frustró con el paso de los años.
Ahora, tras la I Jornada de Religión, Ciudadana y Espacio Público, en la que han participado 26 ponentes de lo más variopinto, con enfoques distintos sobre las relaciones interculturales e interreligiosas o incluso posturas antagónicas en algunos casos, podrían servir para hacer de Melilla la sede de un Observatorio que profundizara en la idea inspiradora de la misma Jornada, y que no es otra que fomentar un nuevo diálogo intercultural que, entre sus bondades, reconduzca hacia puntos de encuentro la relación Islam/Occidente o el desencuentro entre civilizaciones y culturas que actualmente predomina en muchos lugares de nuestro mundo actual.
“Hablamos -explica Benyahya- de crear una organización de carácter internacional, con intelectuales de proyección igualmente internacional o conocedores de las situaciones que se dan en los distintos continentes”.
El objetivo principal del Observatorio sería convertirse en un “laboratorio de ideas, que analizara situaciones de conflicto, realizara informes, organizara encuentros y fomentara el debate sobre cuestiones tan actuales como el diálogo intercultural e interreligioso”.
Para Benyahya, precisamente, una de las conclusiones de esta I Jornada celebrada en Melilla pasa por la satisfacción de que numerosos intelectuales de gran altura, como Margarita Pintos, Lola Bañón, Zohuir Louassini, Jacobo Israel, Claudine Rulleau o Rafael Rodríguez Ponga, entre otros, se hayan mostrado favorables a “una idea que ha surgido a petición de muchos de los ponentes en el seno de la misma Jornada”. Por eso, “al margen de la valoración que se pueda hacer de la iniciativa que hemos desarrollado, lo más positivo -resalta Benyahya- no es sólo que los propios participantes y quienes han venido de fuera se hayan quedado con un buen sabor de boca, sino que están dispuestos a formar parte de un proyecto que supone implicarse en lo que ya estamos intentando hacer desde aquí, desde Melilla”.
El proyecto del Observatorio contaría con el respaldo del Gobierno local de Juan José Imbroda, según confirmó en la propia clausura de la Jornada el presidente del Instituto de las Culturas, vicepresidente segundo del Ejecutivo melillense y consejero de Presidencia, Abdelmalik El Barkani.
La pluralidad de los intervinientes, “intentando buscar un equilibrio a partir de enfoques y puntos de vista distintos”, ha puesto de manifiesto también, en opinión de Benyahya, que “el diálogo intercultural no es imposible, sino todo lo contrario, que es posible al margen de la posición que pueda tener cada uno. Lo que no es posible y mucho menos conveniente -añadió el secretario general de la Asociación Musulmana de Melilla- es la reserva y la falta de diálogo. Además, desde el diálogo -añadió- es posible empezar por aquellos temas que nos acercan para ir allanando el camino frente a las diferencias”.
Valoración
Benyahya, quien se mostró “moderadamente satisfecho” por lo conseguido con una Jornada que, en su clausura, ya dejó de manifiesto su deseo de continuidad, cree que a pesar de la notable valía de sus ponentes y el numeroso público que la ha seguido, “todo es manifiestamente mejorable, sobre todo -apostilló- porque nos ha faltado tiempo para abordar tantos temas como podrían haberse tratado, pero en tres jornadas resultaba imposible abordarlo todo”.
“La Jornada ha sido posible gracias a Melilla”
Benyahya se mostró especialmente agradecido por el esfuerzo que han hecho muchos de los ponentes para sumarse a la I Jornada de Religión, Ciudadanía y Espacio Público. “Muchos de ellos dan conferencias de continuo, un día en América, otro en algún país de Europa. Tienen una agenda apretadísima y aún así no han dejado de venir”.
En su opinión, el hecho de que se tratara de una iniciativa instada en Melilla y para su celebración en Melilla es lo que ha suscitado mayor respuesta. “Quizás no hubiera sido posible hacer coincidir a tantos intelectuales en tan poco espacio de tiempo y en cualquier otra ciudad. El que se haya hecho aquí ha obrado a nuestro favor, porque la mayoría quería conocer, quería saber, tenía curiosidad por la realidad melillense”.
Es por ello que Benyahya se muestre también satisfecho de “la proyección que de la realidad melillense” harán de seguro muchos de esos intelectuales, autores en una mayor parte de los casos de ensayos y libros de análisis sobre el Magreb, el diálogo interreligioso e intercutural o las relaciones Oriente-Occidente. “Son en gran medida líderes de opinión y no me cabe duda que no van a dejar de hacer referencia al ejemplo de Melilla, a lo que han conocido y palpado durante su estancia en nuestra ciudad”.
Ademas, para Benyahya hay otra conclusión a destacar tras esta primera Jornada y es que ha servido para poner de manifiesto “que una asociación puede hacer cosas conjuntas con la Administración sin necesidad de que unos y otros renuncien a su propia línea de trabajo”.