El consejero de Presidencia, Abdelmalik El Barkani, intervino ayer en una mesa redonda.
“Lo importante es buscar un espacio público en el que tienen cabida las distintas expresiones y formas de pensar sin que suponga una presión entre e unos y otros”, apuntó el consejero de Presidencia y el director del Instituto de las Culturas, Abdelmalik El Barkani, quien intervino ayer en las I Jornadas de Religión, Ciudadanía y Espacio Público, que se están desarrollando en el Palacio de Exposiciones y Congresos. El consejero participó dentro de una mesa de debate titulada ‘Espacio público y religión’.
La aportación de El Barkani se centró en facilitar toda la información a los presentes sobre la experiencia desarrollada en Melilla y la realizada por la Ciudad para crear espacios de debate y conocimiento mutuo, como es el Instituto de las Culturas.
El consejero destacó que el jueves y ayer se había hablado de términos a los que hizo referencia en la inauguración de estas conferencias, como religión, pluralidad, interculturalidad, la necesidad de intervenir, que el espacio público no es de nadie, pero que todos temenos derecho a utilizarlo; de la necesidad de mezclar bien los términos religión, que hace alusión a algo privado, con ciudadanía activa y espacio público.
Y para todas estas cuestiones se creó el Instituto de las Culturas, según apuntó, con el objetivo de intervenir en esta línea de convivir en Melilla, “en la que la pluralidad y la convivencia, nadie pone en duda”, declaró El Barkani.
¿Resulta complicado para la Ciudad la construcción de espacios de encuentro y foros de debate para mejorar el conocimiento de otras culturas? “Es fácil. Además, nos hemos dado cuenta a través de estas jornadas que la gente necesita es hablar y ser escuchado. Merece la pena haber organizado estas jornadas porque la gente quiere expresarse y dar su opinión. No necesariamente estamos de acuerdo, pero las cosas dicíendose con respeto y consideración se pueden hablar”, destacó el consejero de Presidencia en declaraciones a El Faro.
Actividades para todos
Una de las formas que tiene la Ciudad para intervenir en la creación de espacios de conocimiento mutuo es a través de las actividades que se programan con motivo de las diversas festividades de las distintas culturas.
“Esa acción de interculturalidad no es sólo para la población que celebre esa fiesta, sino para toda la ciudadanía, porque sino estaríamos creando guetos”, apuntó el consejero.
Ésta es una de las líneas de trabajo del Instituto de las Culturas, la organización de actividades en las festividades que son de tipo religioso. En este sentido, El Barkani aseguró que el Instituto no quiere inmiscuirse en los aspectos religiosos, sino en los socio-culturales que están alrededor de la religión.
Así, recordó que antes, el colectivo musulmán celebraba el Ramadán en sus casas en la intimidad. “Ahora se demuestra que el la celebración del mes de Ramadán tienen distintas actividades en la que pueden tomar parte la población en general. El no creyente no tiene porque ayunar, pero puede participar en otras actividades, como los campeonatos de fútbol, pádel o pesca”, destacó el consejero.
La pretensión es que toda la ciudad forme parte de estas festividades. “Se lucha y se defiende la interrelación, la necesidad de buscar nexos en común y eliminar los elementos de desunión”, destacó El Barkani, quien también comentó que en las actividades de Navidad, como la cabalgata de reyes, toda la ciudad participa.
El Barkani estará en la clausura de estas jornadas que se realizarán hoy a las 13:30 horas en el PEC y en la que, según comentó, espera poder aportar algunas conclusiones.
Un modelo basado en los derechos humanos
El filólogo Rafael Rodríguez Ponga también intervino en la mesa redonda sobre ‘Espacio Público y Religión’. Destacó que en el planteamiento de la diversidad religiosa creciente que hay en España, Melilla es un referente y un modelo que se puede exportar hacia otras partes del país y de Europa.
“Lo que proponemos es que este modelo esté basado en los derechos humanos, en la libertar religiosa e individual”, apuntó. Hay tres opciones ante esta diversidad religiosa, según comentó este ex secretario de la Agencia Española de Cooperación Internacional, la primera es el nacionalismo religioso, es decir, España sería cristiana, Marruecos musulmán, Inglaterra anglicana o Grecia ortodoxa. Una forma simple, pero la tradicional. La otra teoría sería que al estar viendo la diversidad religiosa, ésta es un problema y se elimina del espacio público, como si no existiera. “Las dos son falsas y provocan mucho dolor en las personas, daño, resentimiento. En el siglo XXI la teoría que proponemos es la basada en la libertad individual y en unas reglas comunes de convivencia, de un sistema democrático y plural”, aseguró en declaraciones a El Faro sobre las tercera teoría.
En este tiempo de debate también se contó con la conferencia de Manuel Piñeiro, quien fue destinado en las representaciones diplomáticas españolas en Filipinas, Marruecos, Países Bajos, entre otros, y fue embajador en el República de Guatemala y Emiratos Árabes.
Su charla versó sobre el Islam en Europa teniendo en mente las primaveras árabes y los nuevos laicismos. Por último, el profesor de la Universidad de París VIII, Khélifa Messamah, habló sobre el modelo de integración francés y los desafíos del Mediterráneo.