La reumatóloga del Hospital Comarcal de Melilla, Concha Rodríguez Paiz, ofreció una charla sobre los síntomas, diagnóstico y tratamientos para esta dolencia.
El Centro Social de Mayores acogió ayer una charla informativa sobre la Osteoporosis, una enfermedad, que afecta principalmente a las mujeres, y a los hombres en menor medida, y que corrió a cargo de la reumatóloga del Hospital Comarcal de Melilla, Concha Rodríguez Paiz. Ésta explicó que la prevención es la clave para minimizar los efectos de esta enfermedad y mostró a los presentes las claves para detectar los síntomas así como las pruebas de diagnóstico que se realizan y los tratamientos disponibles actualmente.
En el ámbito del diagnóstico, tradicionalmente se utilizaba la densitometría, pero Rodríguez explicó que hoy se utiliza una serie de preguntas relacionadas con el estado de salud de la persona, sus hábitos alimenticios y sus antecedentes familiares para hacer un pronóstico del riesgo que tiene esa persona de padecer osteoporosis. Por ello, recalcó la importancia de la prevención, ya que, “cuando acuden a la consulta es porque ya tienen la enfermedad y hay que aplicar el tratamiento”.
Y es que, esta enfermedad “no duele”, pero en muchos casos provoca una disminución notable de la calidad de vida de las personas cuando se produce una fractura de cadera o vertebral, que son las más comunes, según apuntó la reumatóloga.
Para prevenir esta dolencia lo mejor es seguir una dieta equilibrada, rica en calcio y vitamina D. El calcio no solamente se encuentra en los lácteos y sus derivados sino también en las legumbres y el pescado. En cuanto a la vitamina D, ésta se encuentra principalmente en las grasas animales, ya que en las vegetales la presencia de esta vitamina es casi inapreciable.
En este sentido, Rodríguez destacó que se están dando casos, con más frecuencia cada vez, de mujeres mayores de confesión musulmana que presentan una severa deficiencia de esta vitamina, un hecho que achaca a la falta de sol que reciben.
Además, esta enfermedad se da con mayor frecuencia en las mujeres a partir de los 40 años y, en especial, cuando aparece la menopausia, momento en el que el balance natural de la des