La vida social, cultural y administrativa de Melilla se adapta durante el mes sagrado de ayuno a las necesidades de las personas de confesión musulmana.
La fiesta del Ramadán, que celebra casi la mitad de la población melillense, entra en su recta final. Es innegable que es un mes que, al margen de su carácter religioso, modifica profundamente el estilo de vida de la Ciudad Autónoma y su actividad comercial, pues no es raro ver cómo las calles están más vacías durante el día y en algunos barrios donde la mayor parte de sus residentes son musulmanes, los vecinos salen a la calle para celebrar la ruptura del ayuno y sentarse a disfrutar en los cafetines con familiares y amigos.
No en vano, el mes de Ramadán también afecta al funcionamiento de las instituciones y organismos dependientes de ambas administraciones, los cuales suelen adoptar medidas especiales para satisfacer las necesidades de la personas de religión musulmana durante esta fiesta.
Es el caso del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla, donde gran parte de los residentes celebran el sagrado mes de Ramadán. Por norma general, aquellas personas que proceden de Marruecos, Argelia, Mali o Senegal son musulmanes, lo cual constituye gran parte de la población del centro.
Para atender a este colectivo, la Dirección del CETI suele hacer entrega cada día de un menú extra cuando se rompe el ayuno, según fuentes consultadas por 'El Faro'. Así pues, a las personas que así lo solicitan se les proporcionan viandas como bocadillos, zumos, yogures, pastas y demás para que puedan sentarse a comer con sus compañeros en horario nocturno durante el Ramadán.
La población del centro que profesa el islam es aproximadamente el 75 por ciento, ya que buena parte de los inmigrantes del sudeste asiático son hinduistas, y los de países subsaharianos como Camerún y Nigeria, evangélicos.
Una situación similar se da en el Centro Penitenciario de Melilla, donde también se respeta a aquellas personas que deseen celebrar el sagrado mes de ayuno. En este sentido, el director del centro, Emilio Navas, precisó en declaraciones realizadas a 'El Faro' que los horarios se han adecuado para que los musulmanes puedan romper el ayuno.
Ahondando en esta cuestión, señaló que a la hora de la cena se aguarda a la ruptura del ayuno para hacerles entrega de un extra de comida y se les permite el rezo antes de volver a sus celdas a las 21:45 horas aproximadamente.
Por otro lado, señaló que el último día de Ramadán se organiza una comida especial a la que está invitado un imán, que es el encargado de dirigir el rezo colectivo con motivo de la finalización del ayuno.
Según Navas, en el centro hay aproximadamente unos 203 internos de religión musulmana. No obstante, señaló que se dan ciertas peculiaridades, como que no todos finalizan el mes de ayuno, o que existen varios internos cristianos que, por solidaridad con sus compañeros, deciden secundar el Ramadán con ellos.
En otros lugares de la ciudad también se respetan las fiestas musulmanas, aunque no el Ramadán. Es el caso particular del Hospital Comarcal, en el que, según recuerda el Ingesa, los enfermos están exentos de la obligación de tener que cumplir el ayuno, por lo que la celebración apenas afecta a la vida de los pacientes que están en planta.
Sin embargo, hay que destacar que en el Hospital se respeta a todas las confesiones religiosas, por lo existe la opción de pedir comida halal para los musulmanes. Además, cuando hay otro tipo de fiestas se suelen servir menús especiales.
Tampoco influye demasiado el Ramadán en otros organismos como el Comedor de San Francisco, al que acuden personas de todas las religiones y donde los horarios no se han visto modificados durante esta festividad.
Según el viceconsejero de Bienestar Social, Hassan Driss, tampoco se ha detectado que el servicio de comida a domicilio haya variado a causa del mes de ayuno, pues destacó que los pedidos suelen ser los mismos que en cualquier otra fecha del año.
Otro aspecto en el que ha variado la vida de Melilla durante este mes es en el sector de la hostelería, en el cual ha descendido considerablemente el consumo debido a la celebración del ayuno. En este sentido, son los locales del centro de la ciudad lo más afectados por esta fiesta religiosa, ya que además de haber perdido clientes por el Ramadán también se han visto afectados por el periodo de vacaciones.
En la otra cara de la moneda están los negocios de barrios de mayoría musulmana, como El Rastro o El Real, donde al caer el sol los bares y cafetines comienzan a llenarse de clientes, hasta el punto de que sus puertas permanecen abiertas hasta altas horas de la madrugada para atender toda la demanda.
Por otro lado, en años anteriores los feriantes que acuden a Melilla han señalado que la celebración del Ramadán conlleva un menor número de visitantes procedentes del país vecino, lo cual es negativo para el negocio.