Javier Andrés Pavón ha creado una web interactiva y novedosa que ya tiene agregados a más de 2.200 internautas, dispuestos como él a denunciar situaciones contrarias a una ciudad más igualitaria.
Javier Andrés Pavón está logrando a través de Facebook lo que no han conseguido muchas campañas de concienciación ni la reivindicación sistemática de algunas asociaciones de discapacitados. A través de un muro con el sugerente nombre “Un escalón para ti, un muro para mí. Melilla accesible”, este melillense, que desde hace unos 12 años se mueve obligatoriamente en silla de ruedas, ha creado un espacio interactivo en el que 2.200 internautas, en su mayoría vecinos de esta ciudad, se afanan en denunciar aquellos comercios que siguen sin adaptarse a las nuevas ordenanzas de accesibilidad o que abiertamente las incumplen, cuando se trata de establecimientos de nueva apertura.
Javier está más que contento con la respuesta que ha tenido su página. No imaginaba que pudiera cosechar tanto éxito, ya no sólo por el seguimiento en el número de agregados al grupo, sino por la actividad de muchos de ellos.
“Sabemos –dice- que la accesibilidad total no se puede conseguir de golpe, por eso hacemos propuestas razonables y consideramos que cualquier avance, por pequeño que sea, es bueno para nuestra meta”.
“La accesibilidad –insiste- es beneficiosa para todo el mundo”. El ejemplo más cercano lo tienen con lo ocurrido en la antigua Iglesia de la Purísima, donde por fin se ha logrado que una rampa facilite el acceso, ya no sólo a los discapacitados, sino también a muchas personas mayores.
“Hace cinco años –cuenta Javier- apenas podía ir por las aceras con mi silla de ruedas. Tenía que circular casi siempre por la carretera”. Un lustro largo después aún queda mucho por hacer en los barrios de Melilla, pero en el centro de la ciudad y nuevos paseos las circunstancias van cambiando.
Su ‘Muro’ en Facebook también está contribuyendo a ello. Es frecuente ver cómo tras una denuncia, en muchos casos hay una solución. “Reconozco que nos están haciendo caso en muchas cosas, y que en el Gobierno local han atendido algunas de nuestras peticiones principales”, como la de la Iglesia de la Purísima.
Sin embargo, Javier Andrés Pavón se enerva al ver cómo muchos establecimientos de nueva apertura burlan las ordenanzas de Medio Ambiente que exigen a los locales la adaptabilidad a los discapacitados. “No sé quien tiene más poder si los comerciantes o la Ciudad Autónoma. Lo que no entiendo –manifiesta Javier- es cómo si un nuevo establecimiento para su apertura requiere de una licencia, puede abrir sin estar adaptado a la normativa vigente. Se necesitan proyectos que se suponen deben estas visados por la Consejería de Fomento, por el área técnica de arquitectura, por Medio Ambiente, y aún así abren incumpliendo las propias ordenanzas de la Ciudad”.
Especialmente comprensivo con los comercios antiguos que tienen un período para adaptarse, entiende que en algunos casos la adaptación de viejos locales no es posible, pero se muestra inflexible con los nuevos. “No queremos ningún trato especial –señala- sólo que se cumpla la ley”. Y es que a la normativa de la Ciudad Autónoma se añade, con carácter superior, la Ley de Igualdad, que igualmente impone reglas para hacer un mundo más accesible para los discapacitados.
Vídeos y tecnología multimedia al servicio de una causa justa y solidaria
El ‘Muro” de Javier Andrés Pavón cada vez es más completo. Lo inició con el ánimo de concienciar a la gente del gran obstáculo que un simple escalón puede suponer para un discapacitado en silla de ruedas. Ahora, va cada vez más lejos y abarca campañas concretas, que realiza en distintos formatos multimedia, como son los vídeos que, de forma explicativa, permiten ver los tremendos problemas que se derivan no sólo del incumplimiento de las normas de accesibilidad, sino del comportamiento inadecuado de los ciudadanos y la falta de una mayor conciencia en el conjunto de la sociedad. Es el caso, por ejemplo, de quienes usan indebidamente las plazas azules de aparcamiento reservadas a los discapacitados.
En su campaña es igualmente inflexible con quienes se aprovechan de la tarjeta de un familiar para hacer uso de la plaza aún cuando el discapacitado no va en el coche.
“En general, los melillenses tenemos muchos problemas de aparcamiento, lo que deriva en muchas dificultades que para quienes vamos en silla de ruedas o padecen alguna otra discapacidad se multiplican aún más”.
De ahí su campaña, como todas encaminadas a concienciar a la población, a quienes hacen obras sin tener en cuenta que en el paso que habiliten también deben pensar en los discapacitados; a quienes desde la Ciudad instalan señales de tráfico o de otro tipo ignorando igualmente a quienes circulan en silla de ruedas.
“Concienciar es para nosotros lo más importante, porque quienes no tienen a ningún discapacitado en su familia quizás no piense nunca en el gran obstáculo que supone para nosotros enfrentarnos a lo que para la mayoría es un simple escalón”