Hacía creer a sus víctimas podrían ganar mucho dinero con la venta de las alhajas cuando el precio del metal estuviera más alto. La Policía ha detenido a un individuo que primero mediante engaños convencía a menores para que robaran joyas a sus padres y luego les amenazaba para que continuaran con las sustracciónes. Con la venta del botín obtenido llegó a conseguir una suma de unos 6.000 euros.
La investigación ha sido llevada a cabo por agentes de la Unidad de Delincuencia Espacializada y Violenta de la Jefatura Superior de Policía.
El sospechoso es un joven de 21 años, aunque aparentaba tener 16 ó 17 años, según explica la Policía Nacional en su nota de prensa. El detenido, C.M.E., se servía de esta circunstancia para intentar entablar amistad con grupos de menores de edades comprendidas entres los 14 y los 16 años. Para entrar en contacto con ellos acudía a distintos lugares de ocio y utilizaba redes sociales como Facebook o Tuenti.
Cuando había conseguido entrar en el círculo de amistad de los menores, les convencía de que tenía un alto poder adquisitivo. Incluso les llegaba a asegurar que era rico y que tenía más de dos millones de euros en el banco. Unas veces se hacía pasar policía, otras por oficial del ejército, por vigilante de seguridad del parque forestal... Con estas artimañas conseguía preparalos para la siguiente fase, que consistía en convencerles para que sustrajeran joyas a sus padres. Para ello les explicaba que guardaría las alhajas hasta que el precio del metal se encontrara en su punto más alto. Entonces procederían a realizar la venta y obtendrían los beneficios. El detenido lograba que sus víctimas le entregaran las joyas de forma voluntaria explicándoles que ellas, al ser menores de edad, no podrían realizar dichas operaciones.
Una vez logrado su objetivo, cuando ya tenía las alhajas en su poder, comenzaba a presionarles para que continuaran con los robos. Incluso en alguna ocasión llegó a amenazar a su víctima con un arma blanca si no le hacía entrega de cierta cantidad de dinero. A través de este procedimiento y gracias a al venta de la joyas que le entregaban los menores, el detenido se hizo con unos 6.000 euros.
Los agentes que se encargaron de investigar los hechos le arrestaron como presunto autor de un delito de receptación y otras conductas afines.