Médicos del Mundo, con la colaboración de la Unidad de Coordinación contra la Violencia sobre la Mujer de la Delegación del Gobierno de Melilla, ha realizado una formación en género y salud sexual, bajo el título: ‘Las diferencias de género en el riesgo, la prevención y la atención a VIH/ITS’.
La actividad, que tuvo lugar en la mañana del miércoles en la sala de prensa de la Delegación del Gobierno, se trata de una formación enmarcada en el proyecto “Prevención de la infección por VIH/ITS y otras ITS en colectivos de personas de especial vulnerabilidad” que lleva a cabo Médicos del Mundo, financiado dentro del Plan Nacional de SIDA (PNS).
El principal objetivo de la formación ha sido reconocer las inequidades de género en salud y en relación con VIH e ITS, desde un modelo de promoción de la salud sexual.
El contenido de la misma ha sido, entre otros, Derechos humanos y sexuales, VIH, ITS, datos de la infección en el mundo y en España, las vulnerabilidades, riesgos e impactos, medidas de protección y cuidados de la salud, violencia de género y sexual en relación con el VIH e ITS, sí como objetivos a nivel mundial sobre VIH, y medidas para poner fin al SIDA.
Esta actividad ha estado dirigida a organizaciones y entidades que trabajan en la ciudad, personal del ámbito sanitario, así como, al resto de profesionales que tienen relación directa con violencia de género y ha sido ofrecida por la Coordinadora de Médicos del Mundo en Melilla, Silvia Madejón Bados, y la Psicóloga de Médicos del Mundo en Melilla, Ludi Gómez Montesinos.
Salud sexual y reproductiva
La Jefa de la Unidad, Laura Segura, ha agradecido la participación y ha puesto en valor la importancia del desarrollo de estas actividades de formación tan necesarias, destacado que la disminución de las desigualdades en la salud por razón de género, ha de abordarse desde una perspectiva de colaboración de todos los agentes implicados.
Segura ha señalado diferentes ejes en los que articular las actuaciones, concretamente investigación, formación, violencia contra las mujeres, salud sexual y reproductiva, y políticas de género.
“Trataremos de analizar el concepto de Salud sexual y cómo se llega a él. Analizaremos también dónde nos encontramos ahora y cómo la perspectiva de género en la salud sexual puede arrojar luz, ofreciéndonos la posibilidad de detectar las inequidades de género que en éste ámbito, quizás más que en otros, afectan tan de cerca a las mujeres” ha señalado Segura.
“Hablamos de salud sexual como el Estado general de bienestar físico, mental y social y no de mera ausencia de enfermedad o dolencia; entraña además la capacidad de disfrutar de una vida sexual satisfactoria y sin riesgos”, ha apuntado.
La jefa de la Unidad ha destacado algunos componentes de la salud sexual como los servicios de información, asesoramiento, educación y comunicación, los cuidados de salud, el acceso a métodos anticonceptivos seguros y modernos, la información y tratamiento para las infecciones de transmisión sexual, servicios de interrupción voluntaria del embarazo segura, información, educación y asesoramiento sobre sexualidad, o salud reproductiva y maternidad y paternidad responsable, entre otros.
También ha incidido en que el ámbito de actuación tiene que hacer especial énfasis en la población juvenil, así como garantizar la participación de las mujeres en la toma de decisiones en los servicios de salud sexual y reproductiva y procurar servicios de prevención y atención en materia de violencia de género.
Y es que, tal y como ha explicado, las inequidades en salud sexual están relacionadas con la visibilidad de los problemas de salud, la accesibilidad a los servicios fundamentales para la salud de las mujeres como son los de salud sexual y reproductiva y la capacidad de tomar decisiones y participación.
Se ha reseñado la perspectiva de derechos humanos, los derechos humanos fundamentales relativos al libre ejercicio de la sexualidad sin riesgos, al placer físico y emocional, a la libre elección de la maternidad, entre otros aspectos. Así como la importancia de la educación sexual en las aulas, pieza clave para prevenir la desigualdad, las relaciones violentas y la violencia sexual.