El Ejecutivo melillense aclara los términos de su propuesta y asegura que sólo persigue un debate más fluido y ágil en la Asamblea de la Ciudad Autónoma.
Los populares no admiten los primeros 'peros' que algún partido de la oposición anda poniendo ya al borrador de nuevo Reglamento de la Asamblea que la pasada semana se trasladó a los grupos políticos de nuestra principal institución local con el fin de que realicen aportaciones y sugerencias en el plazo máximo de un mes.
Conforme a lo anunciado, el Gobierno local aspira a poder aprobar el nuevo Reglamento de la Asamblea de la Ciudad Autónoma después de Feria, a lo sumo en la segunda quincena de septiembre.
Tal cual explicó ayer a este Diario el portavoz del Ejecutivo melillense, Daniel Conesa, el proyecto pretende “dar más agilidad al debate en la Asamblea. En ningún caso, como le he oído decir al diputado por el PPL, Julio Liarte, recorta derechos a los diputados de los grupos de la oposición”.
Novedades
Entre las principales novedades, la comparecencia en los Plenos de Control de los viceconsejeros no electos que, hasta ahora, por no ocupar escaño, no intervenían jamás en los debates de las sesiones plenarias de la Ciudad Autónoma. Sólo lo hacían los consejeros, fueran electos o no, pero no los viceconsejeros. “Ahora mantendremos un sillón vacío, que será el del viceconsejero que a su vez no es diputado en la Asamblea, por si es preciso que intervenga, puesto que el consejero del área al que esté adscrito puede conocer el asunto de debate, pero quizás no pueda entrar en tanto detalle como el responsable más directo de la cuestión que se esté discutiendo”, señaló Daniel Conesa.
Tiempos
Por otra parte, el nuevo Reglamento también acota a 6 minutos el tiempo total de intervenciones en el turno de preguntas de los Plenos de Control, repartiendo el total al 50% entre el grupo que la formule y el Gobierno. “Cada parte podrá administrar sus tres minutos como estime conveniente, pero no podrá excederse. Se intenta evitar nuevas disputas a costa de cómo se emplea el tiempo previsto para las preguntas al Gobierno”, detalló el portavoz del Ejecutivo local.
Además, las preguntas no podrán versar sobre cualquier cuestión. Tendrán que ceñirse a la gestión del Gobierno vigente y no a la de anteriores Ejecutivos de la Ciudad, así como a asuntos referidos a la Administración melillense y no a cualquier organismo de una Administración Pública, para evitar que se pregunte por cuestiones “que escapan a la competencia de la Ciudad”, como sucedió, recuerda Conesa, con las que se formularon sobre la Autoridad Portuaria. “Por sentencia judicial, que no compartimos pero respetamos, tuvimos que admitirlas, pero nuestra contestación no podía ser otra que desconocíamos la respuesta, porque en realidad a la Ciudad no se le puede preguntar por el tráfico portuario o los contenedores que llegan al puerto, por poner un ejemplo”.
Interpelaciones
En cambio, las interpelaciones sí admitirán una temática más amplia de cara a favorecer debates sobre asuntos, que sin ser competencia de la Ciudad, son del interés de la Administración local, caso por ejemplo de los transportes o comunicaciones aéreas o marítimas con Melilla. No obstante, en este apartado sólo debatirá el Gobierno y el grupo que plantee la interpelación y no así el total de grupos de la Asamblea, como venia sucediendo hasta ahora. “Con ello se hará posible un debate más directo con el grupo que plantea el tema”, subrayó Conesa.
En su opinión, este criterio más amplio para las interpelaciones no choca con el más restrictivo determinado para las preguntas, “porque en el marco de las interpelaciones abordamos un intercambio de opiniones más amplio y en el de las preguntas se solicitan datos o consideraciones que sólo se pueden satisfacer si se circunscriben a las competencias del Gobierno de la Ciudad y no a las de otros organismos públicos o gobiernos locales anteriores”.
Protagonismo del presidente en el debate sobre el Estado de la Ciudad
Otro de los debates principales que se suceden en la Asamblea de Melilla es el anual sobre el Estado de la Ciudad que, a partir de ahora, si prospera como es previsible el borrador de nuevo Reglamento que propone el Gobierno local del PP, potenciará, en palabras de Conesa, “la figura del presidente”.
“Se hace un reparto más adecuado de los tiempos, otorgando al presidente casi el mismo número de minutos que al conjunto de los grupos de la oposición, puesto que no se considera compensado que tres portavoces de los grupos opositores acaben copando más tiempo que el presidente de la Ciudad, que es quien tiene que rendir cuentas y hacer balance de gestión en estas sesiones”.
En la Asamblea, además de los plenos ordinarios y extraordinarios, se celebran, con marcado carácter de debate político, los de Control, cada dos meses, y el del Estado de la Ciudad, una vez al año.
“Hemos buscado fórmulas más similares a las que se aplican en otros parlamentos, como el Congreso de los Diputados. El Reglamento que teníamos, y que se aprobó por unanimidad en el año 95, venía de una situación distinta y ha sido objeto de muchas críticas y enfrentamientos, porque algunos aspectos no estaban suficientemente regulados. Con su reforma, pretendemos atar los detalles para no dejar margen a la discusión sobre los tiempos y el reparto de los mismos. Pensamos que no se recorta ningún derecho a ningún diputado sino que se fomenta el debate más directo entre los grupos y el Gobierno y que se hará posible un debate más ágil y fluido en el seno de la Asamblea”.
Conesa espera que este mandato electoral se diferencie de los anteriores por el menor clima de crispación y enfrentamiento personal. “Se puede criticar de forma vehemente pero hay que aparcar las descalificaciones e insultos personales”, concluyó el portavoz del Gobierno melillense.