Xania Sánchez, quien obtuvo el título de Miss Melilla 2011 el pasado sábado, comenta en ‘El Faro’ cuáles fueron las impresiones de la gala y cómo se sintió al ser la ganadora.
Xenia Sánchez, estudiante de Bachillerato de 18 años, fue elegida el pasado sábado Miss Melilla 2011. Esta joven rompió la maldición y por fin, este año una chica con el color del pelo rubio ha ganado este certamen. Sánchez comenta en ‘El Faro’ sus primeras impresiones de la gala de Miss Melilla y cómo vive estos primeros días de reinado.
Xenia Sánchez asegura que antes solía hacer bastante deporte, pero ahora está más veces en el gimnasio para cuidar su físico. Le gusta ir al cine y el arte, en concreto, el Arte Contemporáneo, “a pesar de que sea un poco incomprendido”, tal y como aseguró. Además, le gusta la moda, por lo que es una compradora mensual de revistas sobre este tema, que la mantienen al día sobre las nuevas tendencias. También entre sus pasiones están sus amigos, a los que les dedica la siguiente frase: “me debo bastante a ellos, porque se han portado muy bien conmigo”.
–¿Ha recibido algunas críticas por estar en este certamen y no haber nacido en la ciudad?
–Sí, en algún foro de Internet. Nací en Málaga, pero al poco tiempo a mi padre lo destinaron Melilla y nos vinimos aquí a vivir. Viví en la ciudad hasta los cinco o seis años. Luego me fui fuera, a vivir con mi madre a París. Y con el paso de los años he vuelto. La gente me pregunta por qué represento en este certamen de Melilla si no soy de aquí, pero los mejores años de mi vida, mi infancia, la he vivido en esta ciudad. El sentimiento se lleva dentro. Me siento igual de melillenses que cualquier otra persona.
–¿Por qué presentarse al certamen de Miss Melilla 2011?
-Nunca se me había ocurrido presentarme. Por ejemplo, cuando hacen el certamen en Málaga nadie se entera y no sabes ni quién ha ganado. Pero aquí todo el mundo va a verlo y reconocen a la Miss del pasado año cuando la ven por la calle. He visto siempre este certamen como algo lejano. Este año, mi amigo Yassin Halifa me empezó a decir que me presentara, aunque no estaba muy segura. Luego pasó el tiempo y lo dejamos estar. Más tarde, en el instituto hicimos un desfile para recaudar dinero para el viaje de estudios y fue cuando hablamos con Manolo y Eva. Cuando ellos me peinaron me preguntaron si había pensado en presentarme al certamen. Al final por una cosa u otra acabé presentándome.
–¿Qué esperaba de esta gala?
–Realmente no me esperaba nada porque no sabía cómo era y no tenía una impresión previa. Aunque pensaba que iba a ser más competitivo de lo que fue. Me lo pasé muy bien. No creo que ninguna de las compañeras pueda quejarse de nada, porque casi éramos un grupo de amigas del que no tenía que ganar una, sino que todas estábamos juntas en ello.Nunca hubo malas miradas. Si hubiera sido otro el ambiente, no hubiera salido tan bien como salió.
–¿Hubo complejidad en alguna de las coreografías o acciones que llevaron a cabo durante la gala de Miss Melilla 2011?
–No hubo nada difícil. Realmente todo era muy fácil de aprender. Creo que hasta mirando podías aprender, porque si no sabías, en mi caso había nueve compañeras delante para fijarme. Los nervios son otra cosa. En el momento de la gala estábamos sentadas todas y estábamos diciendo “queremos salir ya”. No era esa sensación de nerviosismo, sino que cuando te veías vestida te preguntabas porqué no empezaba todo.
–¿La Miss Melilla 2010, Rocío Pozo, les dio algún consejo antes de que diera comienzo la gala?
–Sí, y a parte de Rocío también vino Gloria. Entre las dos nos dieron bastante buenos consejos de cómo desfilar, por ejemplo, los primeros días, pues ellas estaban abajo y nos veían. Nos dijeron sonríe, cambia la pose a una más natural. Sobre todo, porque yo no había hecho ninguna cosa así. También nos indicaron consejos sobre la actitud y tener una postura correcta. Si me ves el primer día y luego en la gala no parezco yo.
–¿Cómo fueron esos momentos en los que tenían que cambiarse de ropa?
–Eso fue lo más angustioso. Terminamos la coreografía de apertura y había que correr. Detrás del escenario había una percha con todos los vestidos por números y los iban sacando. Nos quitamos ese traje y nos pusimos el otro con las plumas y luego llegaba Manolo y te peinaba bien. Al principio parecía que no te iba a dar tiempo, porque Eva aseguraba que la niña que no estuviera cambiada no salía al escenario, y cuando te veías vestida pensaba: “venga que ya salgo, ya estoy tranquila”.
–¿Cómo fue escuchar su nombre entre las seis finalistas?
–Me acuerdo de ese momento. De todas las chicas en fila y de que dieron un salto de la dos a la seis, y me sorprendió porque yo esperaba que Soraya Amate (número cuatro) sí estuviera en la final. Así que pensé que no sabía qué iba a pasar. Pero entonces salió Marta Castellano y escuché la frase: “no hay ocho sin nueve”, y ése era mi número. Respiré y salí pensando que aunque no ganara, había quedado entre las seis finalistas.
–En el caso de Miss Melilla la emoción de las votaciones finales fue más intensa que con las de Mister, ya que Jesús Avellaneda estuvo en cabeza la mayor parte del tiempo. ¿Cómo lo vivió?
–Sí, porque al principio me dieron cinco puntos y a Iciar Tellechea le dieron seis. Pero todo el rato estuvo variando una y otra en el primer puesto. Luego me dieron un dos y pensé que a partir de ese momento sólo me iban a otorgar un punto. Pero no fue así y volvieron a puntuarme con un cinco o un seis y pensé que se quedaría entre Icíar y yo. La votación acaba siendo algo que te desconcierta porque estuvimos escuchando la votación de los chicos y Jesús Avellaneda fue casi todo el rato en cabeza recibiendo la máxima puntuación. Pero en la de las chicas era todo el rato cambiando. No se pasa mal, pero tenía los dedos cruzados. Y mi amiga Carmen (la candidata diez, María del Carmen Sánchez), que estaba a mi lado posando, me dijo así como quien no quiere la cosa: “rubia, ¿sabes que has ganado?”. Y en ese momento pasé de las poses.
Cuando sales por primera vez parece que estás en un sueño, pero cuando recuerdas ese momento y acto seguido sale tu nombre en la pantalla, dices “no puede ser”. La familia y los amigos gritando, pues se les escuchaba mucho.
Fue una sensación de realización porque hemos estado una semana desde las 21:00 horas con los ensayos sin saber a qué hora salíamos. También tomando el sol, porque soy blanca y haciendo deporte. Pero te merece la pena. La experiencia es muy bonita, pero más si ganas.
–No obstante, aunque no hubiera obtenido el título de Miss Melilla 2011 no se hubiera ido de vacío pues también le entregaron Miss Simpatía.
–Sí, aunque no hubiéramos ganado me hubiera ido con un premio. Miss Simpatía es recibir el apoyo de tus compañeras y para mí era muy importante. Había muy buen rollo, pero este premio es que tus compañeras creen que te lo mereces, es decir, tus compañeras están contigo. Fue muy gratificante también llevarme este premio.
– Habrá gente que piense que sólo es una rubia guapa más y que la gente que se presenta a los certámenes de belleza tan sólo son guapos. ¿Qué opina de estas frases?
–La primera frase que escuché cuando me presenté fue “las rubias nunca ganan” y “no ha ganado nunca una rubia, pues sólo ganan morenas”. Ahí me pregunté para qué me presentaba. Por ejemplo, Rocío Pozo se dio un baño de color castaño antes del certamen del pasado año. Por ese motivo tampoco esperaba ganar. Quizás quedaba finalista, pero no ganar porque soy rubia. Y cuando salí ganadora pensé “he roto la maldición, ya se puede presentar otra rubia”.
Que sea modelo depende de las características físicas de cada persona y la cara que le eches a la pasarela, pues da mucha vergüenza. La gente asegura que lo hace mejor que yo, pero luego no se suben a la pasarela.
Una de las cosas que me ha gustado a la hora de ganar es que nadie te puede decir lo que tienes que hacer, porque por el hecho de no ser la más alta o no ser morena no implica que tenga menos cualidades que las demás chicas. Es satisfactorio que te digan que no y al final ganes.
–¿Qué espera de este certamen?
–No voy a dejar de estudiar, tal sólo espero que tanto a Jesús Avellaneda (Mister Melilla 2011) como a mí nos abra varias puertas, sobre todo, para coger experiencia, porque de Miss Melilla no vas ir a los desfiles de Victoria`s Secret ni vas a ser Kate Moss. Pero con un certamen con tanta competencia como es Miss España en el que acuden chicas guapas de Madrid, Sevilla, Barcelona, que son altas y guapas, que tengas experiencia para desfilar o posar está bien. Muchas veces no es sólo la figura, sino lo que tienes dentro, como la seguridad, también la experiencia para estar más segura. Lo mejor que podemos sacar de este certamen es la experiencia. Es un momento que sólo se vive una vez en la vida. El año que viene ni vamos a estar en la Semana Náutica ni vamos a cortar la cinta de la Feria. Todo eso se va a quedar para el recuerdo así que todas las cosas que podamos hacer, como ir a cenar con los mayores de la ciudad y todos los eventos sociales que podamos hacer será bueno. Es un año nada más y luego dirán: “esa niña fue Miss Melilla en 2011”. Mientras que dure el momento hay que disfrutarlo.
–¿Qué comentó su familia y amigos?
–Cuando vi a mis amigos gritando, y en especial a uno de ellos llorando, que nunca lo hace, pensé en tirar el ramo e irme para ellos. Mi familia me hizo gracia, porque mi padre no ha sido muy partidario de los certámenes de belleza. Él cree que la belleza es relativa y depende de la persona y que no es sólo una cara bonita. Al principio le vi reacio, pero ahora está muy orgulloso y me apoya como el número uno. Mi madre que estaba en Málaga le llamaron por teléfono y estaba llorando. Todos me han llamado y entre la familia y los medios de comunicación no paró de sonar el teléfono el domingo. Les agradezco mucho a mis amigos y a mi familia todo ese apoyo.