Estás en casa, completamente tranquilo, cuando, de pronto, a tu mascota le da un ataque repentino de locura. Una explosión de energía que le lleva a correr de un lado a otro o dar vueltas sobre sí mismo durante un par de minutos. Un espectáculo breve, pero divertido, más común en nuestras mascotas de lo que podamos pensar.
Los zoomies, también conocidos como FRAPS (por sus siglas en inglés Frenetic Random Activity Periods) son breves episodios de actividad frenética y repentina que experimentan comúnmente los animales domésticos, sobre todo los perros y, en menor medida, los gatos.
Mientras tienen lugar los zoomies, es habitual ver a los animales correr de un lado a otro de forma desenfrenada, pero también saltan, giran y cambian de dirección de manera abrupta, llegando a chocar con todo lo que encuentren en su camino.
Suelen durar un par de minutos, no mucho más, y es una escena bastante divertida de ver. Cuando termina, la mascota se calma repentinamente.
Pero, ¿por qué se dan estos cambios repentinos de energía? Aunque las causas exactas no están muy claras, los expertos consideran que se debe a varios factores diferentes que, combinados, sale este cóctel de locura desenfrenada.
La principal razón por la que esto pueda suceder es porque el perro tiene un exceso de energía acumulada. Esto ocurre cuando no ha ejercitado lo suficiente durante el día y necesita liberar toda esa energía acumulada.
Las emociones también juegan un papel muy importante en los zoomies. La excitación, alegría o el estrés, puede desencadenar un episodio de locura como estos.
A la falta de energía y al estrés se le suma, en ocasiones, el aburrimiento. La poca actividad de nuestras mascotas o la falta de juguetes puede generar un enorme tedio en los perros y una de las formas que pueden encontrar de matar el tiempo son los zoomies.
Es importante que cuando nuestra mascota esté teniendo uno de estos episodios de energía, no intentemos detenerlo y esperar a que acabe vigilando que no se haga daño. Los zoomies son una parte normal de su comportamiento, por lo que no hay nada por lo que preocuparse.
Lo mejor para intentar reducirlos y que no se produzcan es incluir un poco más de ejercicio y estimulación mental en su rutina. Así, además de ayudar a controlar los zoomies, nuestra mascota también llevará una vida feliz y saludable.