El Ramadán, desde la perspectiva oficial y multicultural que como celebración colectiva le imprime, con mayor énfasis desde el año 2009, el Gobierno local, busca proyectar el significado colectivo de una realidad de indiscutible incidencia en el conjunto de Melilla. De ahí, que un año más se apueste por un programa de actividades en torno a la misma celebración desde una visión sobre todo cultural y, por tanto, diferente a la estrictamente religiosa.
Y es que no corresponde al Gobierno local ni a la Ciudad Autónoma potenciar ninguna perspectiva confesional del Ramadán, sino en coherencia con su significado buscar el modo de proyectarla hacia el total de Melilla, en atención a la innegable impronta que deja en todos los melillenses.
Este año el Ramadán se promete especialmente duro para los creyentes musulmanes. Al sacrificio que supone por sí mismo el ayuno diurno, se agrega el alto coste añadido de seguirlo en un ambiente extremadamente caluroso, propio de las altas temperaturas del mes de agosto, y con un horario diario muy amplio por su coincidencia con el pleno verano.
En ese marco, actividades gratas y fundamentalmente culturales que, no obstante, contribuyen a abundar también en el componente fraternal que igualmente inspira el Ramadán, el programa de actividades diseñado por la Consejería de Presidencia a través del Instituto de las Culturas se muestra, un año más, del todo acertado.