El ayuno de los musulmanes varia el ritmo diario y deja su impronta en toda Melilla.
Cerca de 40.000 melillenses iniciaron esta madrugada el mes sagrado del Ramadán, noveno mes del calendario lunar que los creyentes islámicos dedican al amor a Dios y al prójimo.
El Ramadán se sucede en Melilla con notable incidencia en la vida nuestra ciudad a causa de la preeminencia cada vez más destacada de la población de origen amazigh y confesión islámica.
De hecho, el mes de Ramadán cambia el ritmo de la vida melillense en la medida que altera algunos órdenes de nuestro devenir cotidiano. Varia el ritmo del tráfico, que decae notablemente en el horario próximo a la ruptura del ayuno, y ofrece estampas exóticas en la zona del Rastro, donde estos días pueden comprarse hasta bien entrada la tarde viandas y productos diversos, como los más nutritivos y calóricos, especialmente indicados para compensar las horas de ayuno.
También alarga la noche en la zona de cafetines, cada vez más presentes en la zona del barrio del Real y no sólo en la del Rastro, donde han venido concentrándose históricamente las teterías y cafeterías con productos y ofertas típicamente bereberes.
Mes de eclecticismo cultural
El Ramadán es un mes entero, de sacrificio y reflexión más que de festejo para los creyentes musulmanes. Sin embargo, no está exento de otros valores, más unidos a la tradición, la costumbre y el rito del reencuentro familiar.
En Melilla, el Ramadán sirve además para abundar en nuestro eclecticismo como ciudad multicultural. No es posible escapar a la harira, los dátiles, los pinchitos o las apetitosas hogazas de pan bereber. Productos que podemos consumir todo el año pero que en estas fechas cobran un lugar preponderante en la gastronomía de los melillenses musulmanes y, por inercia, de un modo más folklórico, en el resto de las comunidades, que en este mes encuentran ocasión para departir y compartir mesa y costumbres con nuestros paisanos musulmanes.
El Mes de Ayuno islámico tendrá su parte más festiva con la Pascua del Desayuno o Pascua Chica. Entonces se dejará notar aún más, pero su mayor proyección social no se limita a esos días finales.
Todos sabemos que estamos en Ramadán, aunque muchos no seamos creyentes musulmanes ni vayamos a practicarlo.
El mes sagrado islámico tiene una proyección que escapa al mero hecho religioso, para abundar en las propias tradiciones y costumbres.
El Ramadán gana en importancia en la misma medida que la va ganando nuestra comunidad musulmana. Por ello, desde la Ciudad Autónoma, a través de la Consejería de Presidencia que dirige Abdelmalik El Barkani, se ha vuelto a prever un programa de actividades para el presente mes de Ramadán que aúna desde rupturas colectivas del ayuno entre melillenses de distintas comunidades religiosas y presentes en Melilla, hasta competiciones en torno a los juegos de mesa más tradicionales, concursos de redacción y gastronómicos, charlas y convocatorias musicales.
Un mes de intercambio social y cultural
El mes de ayuno islámico alcanza desde el alba hasta la puesta del sol a todo aquello que suponga romperlo, es decir, implica la prohibición de ingerir alimentos y bebidas, de mantener relaciones sexuales o incluso pensamientos impuros durante la jornada diurna de privaciones que caracteriza y determina el noveno mes lunar del año.
En este 2011, el Ramadán se sitúa de pleno en agosto, lo que implica añadir al sacrificio los rigores del extremo calor y la mayor prolongación de la jornada diurna, durante la cual la práctica del ayuno es preceptiva para los creyentes islámicos a lo largo del mes de Ramadán.
Sólo los niños, los ancianos, los enfermos y las mujeres embarazadas o en los días de menstruación están exoneradas de la práctica del ayuno, que en el caso de estas últimas suelen compensar recuperando los días en que no lo llevaron a efecto una vez finalizado el Ramadán.
En Melilla, el ayuno islámico tiene muchas perspectivas. La principal, en lo que a todo el conjunto de la sociedad melillense respecta, es esencialmente cultural. El Ramadán se convierte en un mes de intercambio de tradiciones, de conocimiento de la riqueza gastronómica de la cocina bereber, de oportunidades para abundar en las distintas perspectivas religiosas y culturales que dan carácter e identidad propia a nuestra ciudad. De acercamiento también entre los vecinos y ocasión para las invitaciones a reuniones familiares.
En coherencia con esa realidad, la Ciudad Autónoma, bajo el Gobierno del presidente Imbroda, ha venido ampliando cada año un programa específico para el mes de Ramadán, que en este 2011 concentrará la mayoría de sus actividades en el Hotel Tryp Melilla Puerto y el Club Marítimo, con carácter abierto a todos los melillenses.
De entre las actividades, destacan por su convocatoria novedosa, el cine de verano que se llevará a cabo todos los jueves del mes en la Plaza de las Culturas, y la continuidad de los concursos de repostería y gastronomía que el año pasado se celebraron por primera vez.