El director, productor y actor Esteve Ferrer comenta en ‘El Faro’ las características de la obra de teatro que se representa esta noche y mañana en el Kursaal, ‘Toc toc’.
¿Quién no tiene una manía? Encender la radio nada más levantarse, enrollar el pelo en los dedos, subirse las gafas de una forma determinada, morderse las uñas o mover las piernas mientras se está sentado. Todos tenemos algunas manías visibles y otras que ocultamos, pero ¿qué ocurre si se convierten en un Trastorno Obsesivo Compulsivo? Ésa es la idea que da nombre a la representación teatral que esta noche llenará el Kursaal a las 21:30 horas, ‘Toc toc’. La función tratará en forma de comedia cómo seis personajes que sufren TOC se conocen en una sala de una afamado psiquiatra y ante la no llegada del médico, se disponen a solucionar entre todos sus problemas de trastorno obsesivo compulsivo.
El texto original es del francés Laurent Baffie que ha sido adaptado por el director de la obra y también actor, Esteve Ferrer, y el guionista Julián Quintanilla. En este sentido, Ferrer comentó con ‘El Faro’ las principales características de esta obra y los porqués de que la hayan calificado como la comedia del año.
– ¿Cuándo y cómo conoció esta obra de teatro?
– Hace unos tres años que la productora Lazona me presentó este texto que es original de Laurent Baffie. Así, me comentaron que en Francia era una obra que tenía mucho éxito y me leí el texto y me pareció muy divertido, sobre todo, por lo novedoso del tema. Se han hecho comedias de todos los colores y temas, pero sobre éste siempre se había tratado con rigor y en alguna película. Pero los toc nunca se habían tocado con humor y de esta forma tan sumamente alocado. Acepté el proyecto, pero con la condición de que el autor me dejara hacer una libre interpretación del texto, junto con Julián Quintanilla, para hacercarlo un poco a la idiosincrasia mediterránea y española. Así, que por suerte aceptamos y llevo tres años con más de 610 funciones y con más de 300.000 espectadores.
–¿Han adaptado al texto con algunas ‘manías españolas’?
- Las manías es algo universal. De hecho, cuando vea la función el público no encontrará ninguna diferencia de estos trastornos, ya que son coetáneos en Melilla, Nueva York o Hong Kong. Son universales y el hecho de que nuestra cabeza no funcione como tiene que hacerlo pasa en cualquier lado. Ningún ser humano se escapa de tener manías tontas, que si se convierten en trastornos obsesivos compulsivos dejan de ser tontas. Lo que hemos hecho es adaptar el texto, las situaciones y los personajes al carácter latino o español y nuestraforma de comportarnos. Los personajes hablan como lo hacemos nosotros.
–¿Cómo definiría la obra con pocas palabras?
– Es una ocasión única e irrepetible de desternillarsede revolcarse en el asiento de la risa para todos los públicos. He hecho muchas comedias, pero esta función es de las pocas que he visto llorar de la risa en la misma fila sentados uno al lado del otro a un abuelo, un padre y un hijo. Los tres desternillarse de la risa los tres, algo que pasa muy pocas veces. Y la verdad es que es que la función se vende sola. Jamás he visto pasarlo tan bien a tantísimo público de todos los espectros sociales, mujeres y hombres, mayores y jóvenes, todos en una misma función. Si quieren pasar una hora y tres cuartos de maravilla y que luego que pasen seis meses más hablando de la función, que vengan a ver ‘Toc toc’.
– ¿El secreto entonces de tantas funciones y miles de espectadores es el texto y los actores?
– El texto, los actores y la situación. Una comedia para que sea buena, te cale y te haga removerte en el asiento debe tener un factor, y es que el público tiene que verse reflejado en algún momento. En esta obra es como si pusiéramos un espejo. A ver, ¿quién no tiene alguna manía? Es imposible que haya alguien que no tenga una. Y es que una de las frases que más escuchamos durante la función y a la salida es “mira, como tú”, o como tu madre o como yo. Eso hace que el público se vea reflejado continuamente y es lo que más le divierte. Además, si no se ve reflejado el espectador seguro que reconoce a alguien de su entorno más cercano. Eso es divertidísimo y nos reímos de nuestras miserias, aunque si son las miserias de otro, mejor.
–¿Ha sido difícil dirigir esta obra a la vez que interpreta uno de los papeles?
– Pues lo he hecho por separado. Primero monté la función y trabajé desde la platea para ver cómo espectador la representación que necesitaba y su ritmo. Una vez que la obra estuvo construida, me incorporé a mi trabajo como actor. Ha sido difícil y no, porque realmente han sido dos procesos que he intentado no mezclar. También ha sido fácil incorporarse como actor a algo que ya está armado, sobre todo, es que ha sido muy gratificante.
– ¿Qué nos puede comentar de los actores que comparten escenario con usted?
– El elenco me lo ha puesto muy fácil. Para hacer esta función necesitaba grandísimos actores y los seis personajes que me acompañan si tienen algo en común es que son magníficos actores.
–¿Buscaba algún perfil especial en ellos?
– No. La comedia no difiere en nada del drama. Tiene en común que se precisa de mejores actores. En situaciones disparatadas si no hay credibilidad del trabajo actoral el espectador no se lo cree y sino no se siente reflejado no hay comedia. Por muy disparatado e imposible que resulte la situación si hay algo de verdad lo tiene que trabajar los actores. En todas las comedias el trabajo actoral es lo primero porque eso es lo que le da la verdad y eso genera comedia. También necesitaba una credibilidad física, para que los espectadores vean esos personajes y sean iguales a los que pueden encontrar en la calle.
– Su personaje es Camilo, ¿nos adelantaría algo de él?
– Camilo sufre de varios trastornos, uno de ellos es uno que comparte conmigo, como es que no puede parar de hablar en ningún momento. Y el otro trastorno es TOC numérico, es un personaje que lo cuenta todo. Si me poseyera Camilo en estos momentos, y no es el caso, sabría las palabras que he dicho, los minutos que hablamos y las preguntas que me ha formulado... Lo habría contado todo. Eso es un trastorno enfermizo, no para él pues le parece un hobby, pero para la gente de alrededor es insoportable y eso junto con su incontinencia verbal es una explosión. Es un personaje para matarlo, pero en el fondo es tan buena gente que lo acabas queriendo.
– ¿Nos comenta alguna anécdota que hayan vivido a lo largo de estos meses de gira y representaciones?
– Hemos vivido muchísimas. Se crea tal complicidad con el espectador que se olvida de que está en el teatro e interactúa con nosotros. En Madrid nos ha pasado, y es que el teatro es grande pero el público está muy cerca, que les oímos los comentarios y hablan con nosotros como si estuvieran en el comedor de su casa. Hay mucha gente que ha visto la función varias veces y se saben lo que va a pasar y entonces, en mitad de la obra oímos “ui, prepárate para lo que viene”, “anda pero si esto no es nada”, y resulta muy divertido. Una vez en plena función, y yo sobre el escenario, una señora de la primera fila me llamaba “Camilo oye escúchame” y como estaba actuando no le podía hablar. De este tipo de anécdotas nos han pasado muchas. Después de 600 funciones, ya tengo prácticamente asumido los toc de Camilo que o acabo pronto la función o voy a tener que ir a terapia yo también. Me estoy volviendo loco directamente.
– ¿Ha estado alguna vez en Melilla?
– No personalmente. Obras mías sí han estado pero será la primera vez que vaya a Melilla. Tengo unas ganas enormes y me hace mucha ilusión ir a esta ciudad. Es de las pocas que mi trabajo ha estado, por la dirección de algunas obras, pero que por diferentes motivos no he podido visitar. Estoy encantado porque será mi debut como actor en la ciudad.
– ¿Otro de los aspectos de la fama y el éxito de ‘Toc toc’ es que con la crisis económicas y los problemas financieros de los españoles necesitamos reírnos más?
– Sí, es primordial. Una de las claves de haber tenido tanto público y de que la gente venga es que se lo pasan muy bien. Si entra en la web de ‘Atrápalo’, donde se venden entradas, la gente ha dejado comentarios sobre la obra. Nosotros tenemos casi 3.000 comentarios y lo unánime de estas frases es que te lo pasas tan bien durante una hora y tres cuartos que lo agradeces porque te olvidas de los problemas. En estos momentos, que nos olvidemos de la que cae fuera, es una delicia.
– ¿Cuáles serán sus siguientes proyectos?
– En estos momentos tengo un par de proyectos en marcha pero no puedo adelantar nada. Aún así, con todas las funciones que tengo ahora en cartel más ‘Toc toc’, me lo voy a tomar con calma. Tan sólo con el mantenimiento de las seis funciones ya voy apañado de trabajo durante un tiempo. Además, ‘Toc toc’ el 26 de agosto vuelve a Madrid con su tercera temporada y eso me ocupará mucho tiempo. Necesito ocuparme de sólo una o dos cosas.
Trayectoria de Esteve Ferrer
Lleva toda su vida dedicada al mundo de las artes escénicas, ya sea como director, productor o actor, tanto de teatro como cine y televisión. Entre sus últimos trabajos como director de teatro están ‘Muerte accidental de un anarquista’, de Darío Fo; ‘Por los pelos’, de Paul Portner; ‘C´est la vie’, de Greg Opelka (versión de P. Montalbán y E. Ferrer); ‘Antígona’, de Sófocles en versión de Miguel Murillo; ‘Como abejas atrapadas en la miel’, de Douglas Carter Bean; ‘Buscando a Hilary’, de Elise Varela; ‘Pareja abierta’, de Darío Fo; ‘Belmonte. La danza hecha toreo’, de Rubén Olmo y E. Ferrer; ‘Rómulo el grande’, de Friedrich Dürrenmatt; ‘Lo saben todo de ti,’ de A. Blake, M. Murillo y E. Ferrer; ‘Aquí no paga nadie’, de Darío Fo; ‘Tres hombres y un destino’, de Luis Lorente y Eduardo Galán; ‘Dakota’, de Jordi Galcerán; ‘Atraco a las tres’ de P.Masó, ‘Como aprendí a conducir’, de Paula Voguel, además de las galardonadas ‘Soliloquio de grillos’, de Juan Copete; ‘Fashion feeling music’ de J.Mestres, o el Premio Max al mejor musical, ‘Te quiero, eres perfecto, ya te cambiaré…’, de Joe Di Pietro y Jimmy Roberts, y así hasta mas de una treintena de puestas en escena.
Ha recibido más de una veintena de galardones por su carrera en sus diferentes facetas, como el Premio Jara 2008 al Mejor Espectáculo por ‘Muerte accidental de un anarquista’, tras haber conseguido el Jara del 2007 al Mejor Director por ‘Solilioquio de grillos’. Además ha ganado y ha sido finalista de numerosos premios MAX, Butaca, Sebastià Guasch, AADPC, BCN Teatre, o de la Crítica.