La nueva ministra de Sanidad, Mónica García, ha vuelto a poner sobre la mesa la necesidad de “reclasificar y reconocer” a los Técnicos en Cuidados de Enfermería (TCE), y desde el Sindicato de Técnicos de Enfermería (SAE) esperan que "no se suba al tren de las excusas para no materializarlo, tal y como han hecho sus antecesores a lo largo de los últimos años".
“Desde SAE confiamos en que esta vez, por fin, la reclasificación de los TCE sea una realidad y no comience de nuevo el baile entre organismos para ver de quién es competencia, pues llevamos quince años esperando que la Disposición Transitoria 3ª del Estatuto Básico del Empleado Público –EBEP- se elimine y se aplique el artículo 76, que recoge la correcta clasificación de los Técnicos de Grado Medio (en el C1) y de los de Grado Superior (en el B)”, explica Mª Dolores Martínez, secretaria general de SAE.
La propia exposición de motivos del EBEP recoge que «…por lo que se refiere a los funcionarios, se hace preciso modificar su clasificación actual, teniendo en cuenta la evolución que ha experimentado en los últimos años nuestro sistema educativo y en previsión, particularmente, del proceso abierto de reordenación de los títulos universitarios…». Sin embargo, a pesar de que la Ley de Función Pública de la Generalitat Valenciana y varias sentencias favorables reconocen el C1 para los Técnicos de Grado Medio, aún no hay ningún avance significativo en este sentido. De hecho, el anteproyecto de ley de la Función Pública de la Administración General del Estado, que en teoría debería solventar la cuestión, recoge en su Disposición Adicional IV lo mismo que la Disposición Transitoria 3ª del EBEP.
“Mónica García conoce de primera mano nuestro trabajo en los centros sanitarios y socio-sanitarios, tanto por su profesión como por la carta que le remitimos tras su nombramiento solicitándole una reunión para tratar las reivindicaciones más urgentes de los TCE. Entendemos que tras sus declaraciones no tardará en adoptar las medidas necesarias para poner fin a esta disposición, evitando de esta manera que su anuncio no se quede en una intención populista para tener contentos a los profesionales. Las buenas intenciones son necesarias para materializar reivindicaciones, así, confiamos en que García deje de primar el ahorro económico que supone mantener estancadas nuestras peticiones laborales y profesionales y trabaje por un sistema sanitario que garantice la calidad asistencial a sus usuarios. Para ello, no solo hay que reconocer los derechos de los profesionales, sino también otorgárselos”, concluye Mª Dolores Martínez.