Los alcorques, ese espacio de tierra que se deja en las vías públicas para que los árboles puedan ser regados, están adquiriendo cierta relevancia entre los ciudadanos, que se quejan de la cantidad de ellos que hay vacíos y repartidos por la ciudad o los que están cementados, impidiendo el crecimiento natural del árbol. Denuncias a las que también se han unido los ecologistas locales desde hace tiempo.
La Asociación Movimiento en Defensa del Arbolado lleva desde hace tiempo realizando un mapa con los alcorques vacíos, tapados o con árboles secos que hay por la ciudad. Números que, por desgracia, no han dejado de aumentar.
El cemento es uno de los grandes problemas de los alcorques, puesto que este material (al igual que el hormigón, que también se utilizada para ello en otras ciudades) no deja respirar la tierra ni pasar el agua cuando llueve o se riega, por lo que impide el crecimiento del tronco del árbol y con el tiempo acaba muriendo.
A pie de calle, los entrevistados por El Faro se han mostrado en contra de esta tendencia que lo único que hace es condenar a muerte los árboles que sufren este destino. Ramón es uno de los melillenses que piensa que no se debe echar cemento en los alcorques. “Nunca jamás”, afirma rotundamente. En su lugar, la mejor opción cree que es poner rejillas, pero el alcorque siempre debe tener tierra.
Brandon es un joven almeriense que reside en Melilla y ve fatal que los alcorques estén cementados, una tendencia que también está tomando peso en su ciudad natal. “Deben estar al natural y que crezcan”, añade, además de ser completamente antinatural.
Algo con lo que también está de acuerdo Remedios, otra ciudadana, quien considera que la situación de los árboles en la ciudad es terrible y que es algo que ella ha denunciado en varias ocasiones a la Consejería de Medio Ambiente, así como un accidente que tuvo con una alcantarilla rota. “Está todo fatal”, subraya.
Ismael se une a la opinión del resto de encuestados y cree que rellenar el alcorque de cemento o taparlo de alguna manera es una forma de “condenar” al árbol, puesto que al no poder recibir agua y no poder respirar adecuadamente, es inevitable que acaba secándose y muera en poco tiempo. “Es un despropósito. Los árboles tienen que estar al natural; no deberían taparse con nada”.
La chapa metálica con rejillas es una de las alternativas que se utiliza para cubrir los alcorques, pero igualmente hay ocasiones en las que también se acumula basura entre ellas o genera caídas, como la de Remedios.
Frente a esto, Felipe, otro joven ciudadano, cree que una de las “mejores” alternativas –si no queda más remedio que tapar el alcorque– es rellenarlo con resina drenante porque mejora la estética, protege el árbol y permite que le llegue el agua, además de proteger la planta. Pero, igualmente, él también opta porque los alcorques se dejen al aire libre y se cuide la limpieza y se conciencie sobre ello para evitar que se acumule basura y suciedad.
Respecto a los alcorques que están vacíos, los encuestados creen que lo mejor es que se planten nuevos árboles, algo “muy necesario” en la ciudad.
“Es una pena que haya [alcorques] vacíos cuando hacen falta árboles. Parece que no terminan de enterarse lo importantes que son”, denuncia Ismael.
Felipe opina igual que él y cree que, aunque se han plantado pequeños árboles en las nuevas barriadas, espera que no se dejen morir y se continúe con este plan.