Fue ayer un día interesante para las aspiraciones melillenses de convertirse en destino universitario. Por vez primera, el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, reunió en su despacho al consejero de Universidad del Gobierno andaluz, José Carlos Gómez, y al rector de la UGR, Pedro Mercado, junto con otros cargos tanto del citado departamento de la Junta de Andalucía como personalidades académicas de Granada.
La apuesta por la ‘ciudad universitaria’ parece que se encauza debidamente. Lo cierto es que está en manos de un universitario convencido y un trabajador incansable como es Jesús Romero, el delegado del Gobierno local para gestionar esta materia, uno de los mejores 50 médicos de Andalucía, hombre muy formado, que se maneja bien en la política académica y que, como dijo en una reciente entrevista, siempre consigue lo que se propone.
La reunión celebrada al mediodía de ayer en la Presidencia dejó titulares interesantes. Por ejemplo, que las titulaciones y las infraestructuras forman parte de la hoja de ruta común que se han marcado durante este encuentro. Para hacerse una idea, ya incluso se puso fecha a la puesta en funcionamiento del antiguo edificio de Correos como parte del campus melillense: inicio del curso 2026-2027.
El de ayer fue el primero pero no el último de los contactos que mantendrán las tres instituciones en estos próximos meses, según afirmaron sus protagonistas. El objetivo sigue siendo conseguir los 5.000 alumnos universitarios y para ello se ha decidido constituir un grupo de trabajo formado por el citado Jesús Romero en representación del Ejecutivo de Melilla, el secretario general de Universidades de la Junta de Andalucía, el vicerrector del campus de Ceuta y Melilla, y los tres decanos responsables de las facultades.
Tras la reunión celebrada en el despacho del presidente, Imbroda se mostró eufórico ante los medios de comunicación y calificó de “histórico” el encuentro que, en su opinión, marca el inicio de una planificación que ya no tiene marcha atrás. Se mostró muy seguro del buen fin de este proyecto que, en esencia, viene a formar parte del nuevo modelo económico que se busca para la ciudad, y llegó incluso a recomendar a la prensa que destacara en sus portadas los acuerdos alcanzados.
Parece que se está ante un comienzo esperanzador pero no sería muy prudente lanzar campanas al vuelo. Hay que esperar a ir viendo el desarrollo de los acontecimientos porque uno de los ejes de la Melilla universitaria es disponer de una conectividad adecuada y a precios razonables, algo que todavía está por dilucidar, si bien hay que reconocer que el descuento del 75% en los billetes de los transportes podría ser un incentivo, siempre y cuando las compañías que manejan esos medios de comunicación con la península no les dé por aumentar los precios y ampliar su margen de beneficio a costa del erario público de los melillenses.