Que Melilla no puede faltar a los actos de carácter nacional que se celebren, sea donde sea, es algo que no parece admitir discusión. La ciudad debe estar en todos y cada uno de ellos porque en modo alguno debe quedar descolgada de la realidad española. Da igual que sea el Día de la Hispanidad o cualquier otra celebración, lo importante es participar porque, entre otras cosas, se consiguen establecer relaciones personales que pueden resultar muy beneficiosas para la ciudad.
Hay dos ejemplos muy recientes esta semana. El primero fue la gala de la prestigiosa Fundación Cotec en Madrid, a la que acudió el vicepresidente del Gobierno, Miguel Marín. Allí tuvo ocasión de conocer y entablar conversación con personalidades, tanto públicas como privadas, que pueden ser interesantes en el desarrollo de Melilla como localización de empresas de base tecnológica.
Otra muestra fue la de ayer durante el Día de la Hispanidad y la recepción que los Reyes ofrecieron posteriormente en el Palacio Real. El cóctel posterior al desfile y los actos más protocolarios permite charlas en un ambiente más relajado y es ahí donde el presidente Imbroda tuvo la ocasión de conectar con homólogos suyos en territorios como Galicia o Andalucía y con máximos responsables de cámaras de comercio.
Y aludiendo a esta cuestión cabe resaltar que en los últimos días se han renovado los cargos del Comité de las Regiones de la Unión Europea, al objeto de dar cabida a los nuevos presidentes autonómicos y representantes de los municipios y provincias españolas. Nuestro país cuenta en ese comité con 21 miembros, están todas las comunidades autónomas a excepción de Melilla y Ceuta.
Era intención del anterior Gobierno dejar a la ciudad situada al menos en ciertas estructuras europeas y por ahora ni eso ha sido posible. El entonces presidente, Eduardo de Castro, se tomó como algo personal poner a Melilla en la REPER (Representación Permanente de España ante la Unión Europea) y lo daba por hecho. Incluso firmó el documento correspondiente en mayo pasado en el Ministerio de Asuntos Exteriores para la apertura allí de una oficina melillense.
Estamos en octubre y todavía no sabemos absolutamente nada ni de la REPER, ni de la oficina en la Unión Europea, ni de qué pasos se dieron para incorporarnos al Comité de las Regiones, ni nada parecido.
En julio pasado, el presidente Imbroda nombró a la vicepresidenta primera de la Mesa de la Asamblea, María José Aguilar, como delegada de Presidencia para Europa. Habrá que preguntarle si sabe algo al respecto, si las cosas estaban tan hechas como afirmaba De Castro o si sigue todo en el aire.
Se ha facilitado bastante información respecto de las relaciones de Melilla con Andalucía, incluso se sabe que en noviembre podría rubricarse el nuevo protocolo de los acuerdos. Sofía Acedo, delegada para los asuntos con la vecina comunidad autónoma, ha hecho ya varias referencias sobre el trabajo que se debe realizar.
Sin embargo, hasta este momento no se tiene noticia alguna de qué pasos ha dado Aguilar en su responsabilidad como delegada para la Unión Europea o, al menos, en lo que se refiere a que Melilla tenga un lugar en la REPER o en el Comité de las Regiones.