El Sindicato Independiente de Melilla (SIM) ha lamentado este miércoles el nuevo apedreamiento sufrido por los vigilantes de seguridad del centro de menores de La Purísima a manos de un grupo numeroso de residentes a los que se les impidió la entrada a la zona de Primera Acogida, a donde pretendían acceder para pelearse con otro grupo que, presuntamente, intentó robar un móvil el pasado domingo por la tarde.
El apedreamiento, que fue disuelto por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, dejó a dos de los vigilantes de seguridad con contusiones por impacto de las piedras, que tuvieron que ser evacuados a urgencias del Hospital Comarcal para un reconocimiento más exhaustivo, aunque ya no corren peligro. Los vigilantes han interpuesto denuncia sobre los menores agresores.
El SIM recuerda que lleva mucho tiempo denunciando que las piedras que adornan el patio central se convierten en proyectiles ante cualquier altercado y deja indefensos a los vigilantes, por lo que han solicitado en numerosas ocasiones que se retiren del recinto, "pero siguen sin hacer nada al respecto".
"Lo lamentable de la situación es que no hace ni un mes que se ha reducido personal en el centro y se ha cargado de un trabajo innecesario que hace que el trabajo de seguridad se vea mermado al obligar a los vigilantes del control de acceso a hacer un registro –del todo innecesario- de hora de entrada y salida del personal con permiso de estar en el mismo", denuncia la organización sindical.
Por otro lado, el Sindicato Independiente también recuerda que llevan mucho tiempo solicitando que se equipe a los vigilantes de La Purísima con material antidisturbios para poder repeler agresiones de este tipo y no tener que parapetarse tras las puertas hasta la llega de las fuerzas de seguridad del Estado.
“El día que ocurra algo más importante tendremos que pedir responsabilidades porque llevamos mucho tiempo detrás de que se tomen las medidas oportunas y no se hace”, comenta Francis Aguilera, coordinador de seguridad privada del SIM. Francis Aguilera también recuerda que “en la Nochevieja de hace dos años estuvo a punto de ocurrir una desgracia importante que afortunadamente se saldó sin heridos graves pero con numerosos destrozos, aunque lo más sangrante es que cuatro meses antes habíamos alertado de las piedras del patio”.