‘El millón de Larache: cien años después (1923-2023)’, de Carlos Sánchez Tárrago y prólogo del marqués de Selva Alegre, será presentado este miércoles en el Ateneo de Madrid. Será en el transcurso de un acto que tendrá lugar a partir de las siete de la tarde con aforo libre.
La presentación del libro servirá como contexto de la intervención de historiadores y africanistas que, coordinados por Basilio Rodríguez Cañada, tratarán sobre este controvertido asunto. Los participantes serán los historiadores y escritores Antonio Carrasco González y el propio Carlos Sánchez Tárrago, así como el africanista, historiador y escritor Juan Manuel Riesgo.
Con Ceuta y Melilla, Larache era una de las tres comandancias militares del Protectorado. Tenía un presupuesto de 15 millones de pesetas anuales. De esa cantidad, una parte importante estaba siendo desviada en una trama perfectamente organizada por los mandos militares que llevaban años repartiéndose el botín.
El "desastre de Annual" (1921) se desencadena en este escenario de corrupción, que mantenía a las tropas deficitariamente equipadas y formadas. Uno de los capitanes implicados, Manuel Jordán Pérez, ausente durante unos meses, vio cómo se le privaba de su parte del botín de ese tiempo, y amenazó con destapar la trama, pidiendo por su silencio un millón de pesetas. De ahí el famoso millón de Larache.
A lo largo de 155 páginas, Sánchez Tárrago cuenta cómo fue aquel episodio desconocido de la historia española en África. Una obra de denuncia contra la corrupción del ejército en el continente africano que se dio a conocer en 1922.
Aquel escándalo fue juzgado hace ahora cien años porque las normas de contratación, que eran de 1904, eran estrictas y se necesitaba firma del ministro para compras superiores a 125 pesetas. ¿Cómo se eludían? Con facturas en blanco, justificando indebidamente pagos, etc. Lo que se hacía en el Parque de Larache está documentado: reducir la ración de paja y cebada de los caballos en campaña, leña que se corta en el campo y figura extraída de los depósitos de Intendencia, recibos por mayor cantidad de la realmente obtenido en las ventas, etc. Lo hacían los oficiales de oficiales de común acuerdo y se repartían los beneficios mes tras mes.
Ni Melilla ni Ceuta eran parte del protectorado.
Después no nos gusta que Marruecos diga ciudades ocupadas
Totalmente de acuerdo
Un despropósito
Cada vez que dicen patria me pongo a temblar.