Los tres días de juegos del colegio melillense de La Salle han finalizado con la victoria de los azules sobre los amarillos, que, a pesar de la derrota, reconocieron deportivamente el triunfo de sus competidores en el ambiente de fiesta y compañerismo que promueven estas jornadas tan especiales para alumnos, profesores, padres y abuelos, ya que todos toman parte de esta tradicional fiesta.
En las caras de los niños se podía ver lo importante que son para ellos estos juegos; en sus caras se podía ver la concentración antes de iniciar una carrera, lanzar un penalti o pasarle la pelota a su compañero. Se sentían los verdaderos protagonistas de estas jornadas y lo han querido dar todo en las pistas del colegio donde se desarrollaron las distintas pruebas preparadas por el personal docente del centro durante los días previos a la celebración de esta edición de ‘Azules y amarillos’ con motivo de la conmemoración del patrón de la escuela, San Juan Bautista.
Entre las distintas competiciones que disputaron ambos equipos hubo carreras de relevos, donde los niños y niñas tenían que recorrer un circuito antes de cederle el testigo, que llevaba un globo incorporado, a su compañero para pasar a formar parte de los que animaban a sus amigos en la carrera antes de llegar a la meta.
En esa prueba ya se podía ver una superioridad del equipo azul, que, con muy buena coordinación entre sus integrantes, conseguía sacar ventaja en cada uno de los pases que se hacían del testigo entre unos y otros; con cada finalización de estas carreras de relevos el equipo azul estallaba en gritos y risas por completar la victoria.
Tras esto, el siguiente juego en el que se enfrentarían los equipos sería una tanda de penaltis que acumulaba tanta tensión en lanzadores y porteros como si de una competición profesional se tratase. Cada acierto de unos y otros se celebraba imitando a los ídolos del mundo del fútbol, pero también se daban ánimos entre los que componían un equipo y otro y, como compañeros, se daban la mano una vez finalizadas las rondas.
Estos juegos terminaron con la victoria del equipo azul, que celebró con ganas en los patios del colegio haberlo conseguido.
Finalmente, en la plaza que se encuentra a las puertas del colegio se montó una fiesta con música en la que tomaron parte ambos equipos y celebraron estos días de convivencia al lado de la estatua del patrón del centro como cada año.
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