El ministro Fernando Grande-Marlaska visitará hoy la ciudad para reunirse con la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, y los altos mandos de la Policía Nacional y la Guardia Civil. Además, tiene previsto visitar la Comandancia de la Benemérita y la Jefatura Superior, donde seguramente comprobará que el edificio pide a gritos una ampliación porque desde hace años no da más de sí.
Marlaska llega a la ciudad dos días después de que la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, participara en una ruptura de ayuno junto a simpatizantes y militantes socialistas de Melilla y prometiera cambios en la legislación vigente para frenar cualquier tipo de fraude en el voto por correo. Según dijo en declaraciones a la prensa, ese cambio podría incluso llegar antes de las elecciones del 28M.
En apenas 48 horas Melilla recibe el apoyo de dos pilares del Gobierno de Pedro Sánchez. Por una parte, la presidenta del partido: la ex ministra Narbona, ecologista convencida, demócrata consagrada y toda una institución dentro del Partido Socialista. Por otra, Marlaska, un ministro cuestionado hasta por respirar, por motivos justificados e injustificados, pero también porque a la gente talentosa se le cuestiona más que a las inútiles.
La carrera de Marlaska como ministro estará marcada por la tragedia de la valla del 24 de junio de 2022. Otro en su lugar habría servido en bandeja de plata la cabeza del mando de la Guardia Civil al frente del operativo en la valla el día que perdieron la vida al menos 23 migrantes. Al fin y al cabo, él estaba en Madrid. Incluso podía haber sacrificado a la directora general de la Benemérita, que más tarde ha dimitido salpicada por la imputación de su marido. Sin embargo, él no rehuyó de su responsabilidad, que obviamente la tuvo, y se convirtió en la diana a la que dispararon todos.
Todo el mundo pidió su cese, pero aceptarlo habría implicado aceptar que España es responsable de la masacre, algo que hasta el momento nadie ha podido demostrar y que el ministro ha negado con rotundidad una y mil veces. Incluso la BBC tuvo que rectificar.
Este lunes, Marlaska estará en Melilla y eso es un espaldarazo para la candidatura de Gloria Rojas y a la vez es una advertencia para quienes tienen la intención o la tentación de adulterar el voto por correo en nuestra ciudad.
Es hora de parar a quienes no respetan la democracia porque se creen por encima del bien y del mal. El ministro seguro que nos echa una mano en este sentido.