Montijo: Bernabé; Pedro Toro, Javi Chino, Marvin, Madrigal; Rodao, Abraham Pozo (Barragán, min. 85); Batanero (Cristo Medina, min. 74), Yeray; Pino (Catalá, min. 64) e Ibra.
Melilla: Salcedo; David Hernández, Moi, Jordan, Dani Martín; Alberto Martín (David Suárez, min. 54), Álvaro Muñiz (Pitu, min. 62); Fran Núñez (Cano, min. 91), José Antonio, Dani García (Javi Díez, min. 91); y José Enrique.
Árbitro: Gonzalo Sánchez (Comité castellano-manchego). Mostró cartulina amarilla a Rodao y Marvin, por parte del Montijo; y a José Antonio, David Hernández y Moi, por parte del Melilla.
Goles: 0-1 David Hernández (min. 19). 1-1 Ibra (min. 28). 1-2 Dani García (min. 89).
Campo: Emilio Macarro. 550 espectadores.
Sobre la campana, es cierto, y con un punto de fortuna por las opciones montijanas desbaratadas, pero el Melilla logró su cuarto triunfo consecutivo consolidando su liderato del grupo ante un Montijo que vuelve a dar la de arena por cuarta ocasión seguida y tendrá que apretarse el cinturón y sufrir si quiere permanecer otro curso más en la categoría.
Con la noticia en las filas locales de Bernabé salvaguardando el portal, compareció el cuadro extremeño con un 4-4-2 en la pizarra frente al 4-2-3-1 propuesto por el míster azulino Miguel Rivera, con su faro José Enrique como hombre más vertical.
La sempiterna fase de tanteo recíproco duró un suspiro, alumbrándose el cuaderno estadístico a los seis minutos con un disparo del futbolista del cuadro rojinegro Madrigal que la cabeza del central Moi dejó en anécdota. El cuadro azulino se hizo pronto con el dominio del esférico, buscando su hueco en el verde ante un Montijo que percutía con insistencia, pero sin dividendos, por el costado izquierdo.
Volvió a sacudir el árbol la tropa local en un tiro falto de vatios de Batanero que apenas inquietó a Salcedo a los ocho minutos. A la escuadra melillense, a falta de remates claros al arco rival, en la primera opción real le sonrió el fruto del gol. Corría el minuto 19 cuando en línea de tres cuartos por el lado izquierdo, se perfiló el mago de Puente Genil, José Antonio, para teledirigir un cambio de orientación a la derecha, donde llegó como un auténtico bisonte el lateral diestro David Hernández para desplegar un misil cruzado que agujereó la red rojinegra.
El gol espoleó a un once montijano que se fue en busca de las tablas ante un Melilla que probó fortuna en un testarazo de Jordan sin consecuencias. Avanzaba el minutero y pronto se desataría el delirio en la casa extremeña. Batanero recibió el esférico a cinco metros de la corona grande del área y filtró un pase para Ibra, que se incrustó entre los dos centrales para, de fuerte derechazo, restablecer la igualada. Fuerzas parejas y todas las espadas alzadas.
El bloque de Juan Marrero se vino arriba y disfrutó de un carrusel de opciones de las que terminaría lamentándose al término del choque. Rodao abrió fuego con un obús escupido por Salcedo que aterrizó sobre los pies de Yeray, que volvió a calentar al meta visitante. El rechace lo capturó Madrigal, estrellando contra el travesaño su disparo. Un libre directo lejano ejecutado por José Antonio cerró la primera entrega.
Sin caras nuevas en ningún frente comenzó la segunda parte con un centro lejano de José Antonio que se perdió por línea de fondo. El técnico unionista movió el banco dando entrada a David Suárez y justo un suspiro después, Batanero dejó temblando el larguero. Continuaba la desdicha del bando local, que apretaba la soga sobre la defensa melillense. Pero llegó entonces un nuevo movimiento en el banco visitante y fue providencial, oxigenando líneas. Entró Pitu y vaya si se notó su presencia en el verde. Dani García acompañaba delante a José Enrique y la emoción seguía en todo lo alto. Ninguno renunciaba a nada y cuando todo parecía predestinado a unas tablas justas, salió al quite David Hernández para exigir el despeje corto de Bernabé, que no pudo evitar la captura y posterior conversión en gol del almeriense Dani García.
A punto estuvo el Melilla de lograr el tercero en un remate de Pitu en el tiempo añadido ante un rival cabizbajo y frustrado. Con el pitido final, el conjunto melillense rubricó su cuarto triunfo consecutivo y sigue saludando al resto del pelotón balompédico desde el primer puesto del podio.