Los musulmanes melillenses, aproximadamente entre el 40 y el 50% de la población, han iniciado este jueves el mes sagrado del Ramadán, que este año coincidirá con la celebración de la Semana Santa cristiana (del 1 al 9 de abril) y el Pesaj judío (del 5 al 12 de abril).
La ruptura del ayuno de este 2023 será la más cara de los últimos cuarenta años y, además, la más cara de España, teniendo en cuenta que nuestra ciudad lidera el incremento del IPC en febrero, alcanzando cotas superiores a las de grandes capitales como Madrid y Barcelona.
La inflación se come los ahorros de la clase media y empobrece de manera alarmante a las familias más vulnerables. Y esto no es lo único. Es una vuelta de tuerca más al paro estructural de nuestra ciudad y a la paralización que vive la economía local debido al impacto de la crisis internacional y, sobre todo, al enfriamiento de las expectativas en torno a la reapertura de la aduana comercial y la falta de seguridad jurídica que ha venido a poner en cuestión, temas que dábamos por zanjados.
Hablamos, ni más ni menos, de que la bonificación del 50% la Seguridad Social se mantiene de manera temporal y eso no anima a los pequeños empresarios y autónomos a ampliar plantillas, sino todo lo contrario, a apretarse el cinturón por si esta ayuda que nos parecía consolidada al final desaparece.
El mercado laboral de Melilla no aguanta experimentos. Nuestra situación es delicada y quienes están dispuestos a quedarse y pelear por el futuro de esta ciudad necesitan, ante todo, que se disipen las dudas.
No se trata solo de remachar nuestra españolidad, sino de afianzarla con medidas que inviten a pensar que vamos por el buen camino. La llegada de los Fondos Feder y del dinero del Fondo Social Europeo ha puesto en marcha proyectos importantes para Melilla que estaban recogidos en el Plan Estratégico de la Ciudad.
La llegada demás de 738.000 euros en ayudas del Kit Digital, para modernizar el tejido empresarial local y hacerlo más competitivo en un mundo global es otro paso más que hemos dado hacia el cambio del modelo económico de Melilla.
Sólo nos falta que empiecen a llegar los 102 millones que el Plan Estratégico Integral del Ministerio de Política Social tiene previstos para Melilla para este año.
En algo tendrá que notarse el esfuerzo del Estado y la Administración local. Por tanto, a los ciudadanos nos corresponde ser responsables y cumplir con nuestra parte del trato. Cada uno debe dar de sí, lo que se espera de nosotros. Entre todos podemos salir adelante.