España y Marruecos han mantenido, generalmente, unas buenas relaciones, como corresponde a dos países que comparten frontera entre sí. En este caso, además, dos: una en Melilla y otra en Ceuta.
Había habido algún que otro desencuentro, como el que ocurrió entre los días 11 y 20 de julio de 2002, cuando una dotación de la Gendarmería Militar marroquí ocupó militarmente el islote. También se había cerrado en 2018 la aduana comercial de Melilla y las fronteras con las dos ciudades autónomas en marzo de 2020 debido a la pandemia de covid-19.
Ghali, en Logroño
Sin embargo, el motivo que provocó la última crisis bilateral –acaso la más gorda- entre ambos países fue el ingreso del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, en el hospital San Pedro, de Logroño, entre el 18 de abril y el 1 de junio de 2021 –esto es, 44 días- para recibir atención médica contra el coronavirus. La entonces ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, esgrimió que se había aceptado la entrada de Ghali en España “por razones humanitarias”.
El salto de Ceuta
La acogida de España al insurgente del Frente Polisario causó enfado en Marruecos, a quien muchos analistas acusaron de haber hecho la vista gorda, poco después, para permitir la entrada masiva de más de 10.000 inmigrantes por la frontera del Tarajal, en Ceuta. Esto sucedió el 17 de mayo de ese año, cuando Ghali aún estaba en Logroño.
El cambio de posición sobre el Sáhara
El tiempo fue transcurriendo y no parecía haber signos de mejora en las relaciones entre ambos países hasta que, el 18 de marzo de 2022, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, abandonó la tradicional neutralidad española en el conflicto del Sáhara Occidental y pasó a apoyar el plan marroquí para la autonomía de ese territorio dentro de Marruecos, ya que, según Sánchez, se trataba de “la base más seria, realista y creíble para la resolución del conflicto”.
La reapertura de la frontera y el 24J
A partir de entonces, las relaciones entre ambos países fueron mejorando paulatinamente. De hecho, apenas dos meses después, el día 17 de mayo, las fronteras terrestres de Melilla y Ceuta con Marruecos se reabrieron tras más de dos años cerradas. Igualmente, en opinión de la mayoría, la colaboración de la Gendarmería marroquí el trágico día del 24 de junio (24J) fue mucho mayor que la que se había dado apenas un año antes en Ceuta a la hora de impedir el salto a los inmigrantes a la valla de Melilla por Beni Enzar, aunque el episodio acabó con 23 víctimas, según datos oficiales, y múltiples críticas por parte de organizaciones humanitarias y otros sectores.
La Reunión de Alto Nivel
Hace unos meses, en noviembre del año pasado, los ministros de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, y marroquí, Nasser Bourita, se reunieron en varias ocasiones para ir preparando el terreno para el encuentro oficial entre ambos gobiernos.
Finalmente, la Reunión de Alto Nivel entre los dos países, la primera desde el año 2015 y que se celebra este miércoles y jueves en Rabat, viene a cerrar todas las heridas. Así lo prueba el hecho de que 11 ministros españoles acudirán a la cumbre acompañando al presidente. Junto a Sánchez estarán en la capital marroquí, además de su vicepresidenta primera y tercera, Nadia Calviño y Teresa Ribera, respectivamente, y los ministros de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares; Interior, Fernando Grande-Marlaska; Industria, Turismo y Comercio, Juan Ignacio Díaz; Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez; Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá; Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas; Educación y Formación Profesional, Pilar Alegría; Cultura y Deporte, Miquel Iceta; y Ciencia e Innovación, Diana Morant. Estaba prevista la presencia de la ministra de Justicia, Pilar Llop, pero finalmente no acudirá.
Todos ellos mantendrán reuniones bilaterales con los respectivos ministros marroquíes. Finalmente, no habrá reunión de Sánchez con el rey Mohamed VI, ya que éste no se encuentra en Marruecos.
En total, se prevé alcanzar más de 20 acuerdos en todos esos campos en un encuentro que no se llevaba a cabo desde el año 2015. La Delegación del Gobierno ha manifestado varias veces su confianza en que uno de esos acuerdos –aparte de las relaciones comerciales, los transportes o la inmigración- sea el concerniente a la reapertura de la aduana comercial con Melilla. También debería de crearse la de Ceuta.