El Día de las Escritoras se celebra desde el año 2016, a raíz de una iniciativa emprendida por la Biblioteca Nacional de España, la Federación Española de Mujeres Directivas, Ejecutivas, Profesionales y Empresarias y la Asociación Clásicas y Modernas, el primer lunes posterior a la celebración de la festividad de Teresa de Jesús. En 2022 coincide con el 17 de octubre.
Desde la Organización de Mujeres de la Confederación Intersindical queremos reivindicar la labor y la trayectoria de las escritoras, tantas veces relegadas a un segundo plano a lo largo de la historia. Y es que hasta el siglo XX se consideraba que la labor literaria “no estaba hecha” para las mujeres.
Habría que preguntarse la razón por la que en los siglos XVIII y XIX muchas de ellas se ocultaban tras un seudónimo masculino, como George Sand o María Lejárraga, por poner dos ejemplos conocidos.
O lo que motiva que, a día de hoy, siga habiendo mujeres que publican bajo siglas ambiguas, J. K. Rowling (Joanne Rowling) y R. J. Palacio (Raquel Jaramillo Palacio) entre otras. ¿De verdad alguien piensa que puede ser para lograr así más lectores? Según los datos parece que la tendencia está cambiando. Ellas publican menos, pero empiezan a vender y leerse más.
Según los datos del Ministerio de Cultura, en 2021, de los más de 66.000 libros inscritos en el ISBN con un único autor, solo el 37,9% correspondía a escritoras frente al 61,8% de los hombres. Aquí cabría preguntarse en qué sectores se mantiene el desequilibrio. Mientras en la literatura infantil y juvenil, libros de texto y textos científicos las mujeres superan en porcentaje a los hombres, el ámbito de la creación literaria y el de las ciencias sociales sigue siendo mayoritariamente masculino. Sin embargo, de las 50 obras más populares en 2021, más del 50% correspondieron a escritoras.
Otra cuestión es si merecen ser premiadas. En el último lustro, dos de cada tres de los diez premios literarios y comerciales más conocidos se han concedido a mujeres, mientras que en el mismo periodo anterior la proporción fue de uno a tres. Un ejemplo: hasta la fecha se han entregado 115 premios Nobel de Literatura y, de ellos, 17 han sido para mujeres, 8 en los últimos 25 años.
El porcentaje de mujeres lectoras de libros en tiempo libre es significativamente superior al de los hombres en todos los grupos de edad. El 69,6% de las mujeres frente al 59% de hombres, según el Barómetro de Lectura de 2021 de la Federación de Gremios de Editores de España.
Parece que la sociedad está cambiando y que está cuajando tanto la idea de que las mujeres somos capaces, como la de que lo que escribimos merece la pena ser leído. Cada vez son más las mujeres cuya ocupación laboral se encuentra en el ámbito literario (escritoras, periodistas, lingüistas) y cada vez más las que están al frente de grupos editoriales y sellos independientes.
Sin embargo, aún queda que se alcance el reconocimiento social y una presencia equitativa en los libros de texto. Algo que, esperamos, se logre cuanto antes.
Por ello, desde la Organización de Mujeres de la Confederación Intersindical y el Área de Mujer de SATE-STEs, reivindicamos el papel de las escritoras, su reconocimiento y su lugar como autoras tanto literarias como del resto de ámbitos del conocimiento.
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