Ara Malikian actuó anoche en el Auditorio Carvajal en una húmeda y calurosa noche de agosto. Alrededor de mil personas asistieron a este esperado concierto, que tuvo que ser pospuesto hace un mes.
El artista libanés presentó su último álbum, ‘Ara’, que está dedicado a su hijo y a la infancia, ya que la guerra del Líbano le impidió a Malikian vivir la suya.
El violinista se dirigió a los melillenses, muy agradecido de estar por fin allí en Melilla. Además, bromeó con la idea de que él y su equipo tocarían durante veintiocho horas, debido a las enormes ganas que tenía de actuar en la ciudad. O al menos lo intentarían, si la terrible humedad que reinaba anoche no los acababa matando antes. Algo que robó las risas de todos los allí presentes.
Después del confinamiento, el libanés estrenó su nuevo disco y se sumergió en el ‘Ara Malikian World Tour’ para presentarlo a sus incondicionales seguidores de alrededor del mundo. Y anoche Melilla se convirtió en una de las paradas de esta gira.
Ara Malikian se inició en el violín desde muy temprano. Fue gracias a su padre. En declaraciones a El Faro, el artista confesó que fue una experiencia “a ratos maravillosa y a ratos muy dura”. Esto se debe a que su padre le hacía estudiar mucho con el violín. “A veces se pasaba porque me hacía practicar mucho y con ocho o nueve años yo tenía que estar jugando”, comenta.
Su carrera ha sido muy larga y diferente. Empezó con su formación básica, que era clásica, pero siempre ha tenido que tocar todo tipo de música, desde los folclóricos de cada país hasta el rock, el jazz o el flamenco. “He tenido que trabajar y he pasado por muchas circunstancias. Gracias a esto he aprendido muchísimo durante todos estos años y lo he reflejado en mi música”, cuenta.