“Entanarse” junto al mar se ha convertido en el remedio para combatir el calor en estos meses de verano. Muchos melillenses se reúnen con sus amigos, cogen las sillas y se marchan a las zonas junto al mar para disfrutar del fresco.
Estos días de calor obligan a los vecinos de Melilla a estar encerrados en sus casas durante el día porque no se puede estar en la calle. Una situación difícil de soportar para todos. Mientras el sol está fuera, la mayoría se refugia dentro de casa, con el aire acondicionado o el ventilador puesto. Otros se remojan dándose un chapuzón en la piscina o yendo a la playa. Sin embargo, la mayoría aprovechan cuando se pone el sol para salir y disfrutar de la noche veraniega.
“Entanarse” es una costumbre típica entre los melillenses. Es una palabra que usualmente se utiliza para referirse a la situación en la que se reúne un grupo o se “apalanca”. Para algunos también significa quedarse en un sitio sin moverse.
Aunque también se hace en invierno, cuando llega el verano a los vecinos de la ciudad autónoma les gusta salir a “entanarse” junto al mar. Cuando anochece, cogen las sillas, mesas, bebidas y comidas, se montan en sus coches y acuden a la zona de Horcas Coloradas. Por allí, se encuentran filas de automóviles, con melillenses reunidos a su alrededor.
Charlan con bolsas de patatas en las manos. Están reclinados en la silla, disfrutando de la brisa que se levanta desde el mar. Es el sitio, dicen algunos, más refrescante de la ciudad. La zona es tranquila, no hay vecinos alrededor a los que molestar y ellos pasan un buen rato rodeados de amigos.
Emilio evita lo máximo posible el aire acondicionado porque no le sienta muy bien. Por este motivo, sentarse al fresco junto al mar cuando cae la noche es la mejor solución para combatir el calor. Además de ello, charla y se ríe con sus amigos.
“Vengo aquí a reunirme con los amigos, hablamos, jugamos al parchís”, dice.
En verano suelen reunirse mucho en la zona de la Playa Nueva. “Se está fresquito por la noche y es estupendo”, comenta.
Junto a sus amigos, pasa allí parte de la noche. Como el resto de grupos que se reúnen en la zona, a veces traen la comida, otras la piden y los repartidores se las llevan hasta allí.
Jali asegura que no siempre piden comida. La mayoría de ocasiones la traen hecha de casa, como tortilla, pinchitos, bocadillos o ensaladilla rusa, por ejemplo.
“Lo que pille por casa, pues nos lo traemos”, comenta Pili, que también está sentada al fresco con ellos. Llegan sobre las 20:30 y no se levantan hasta tarde, ya entrada la madrugada. “Hace mucho calor y no se puede estar en la casa”.
Pili explica que esta actividad la hacen, sobre todo, por estar con los amigos. Salen, están juntos, juegan, echan unas risas y pasan el rato. Todas las noches se reúnen los mismos. “Siempre estamos muy tranquilos y nunca hemos tenido ningún problema”, explica.
Es tal el buen rato que pasan, que también lo hacen en invierno. Aunque entonces es al revés, pasan frío, pero lo importante es la compañía. En esa época, se abrigan con las chaquetas, también un calefactor y ya está todo listo. “Muchas veces en invierno nos traemos el camping gas y estamos aquí liado. Lo mismo ponemos el pan a calentar que las manos”, explica Jali.
La gran concentración de gente que se produce por estas zonas a estas horas de la noche no es casual. Además del fresco que corre por allí y que alivia las altas temperaturas, aseguran que no hay mucho más que hacer en la ciudad. Estos planes low cost ayudan a combatir el calor y también son baratos.
“De vez en cuando salimos, nos vamos a tomar unas cañas… Pero todos los días no se puede. Está la cosa muy mala con la crisis. Aquí gastas lo que tu bolsillo te diga”, comenta Pili.
Algunos no pueden irse de vacaciones a ningún lado. Aparte del trabajo, con estas temperaturas tienen que estar todo el día en casa por lo que salir y estar con los amigos de esta manera es uno de los mejores planes para las noches de verano.
Así es, lo correcto es que lo que te lleves a horcas coloradas, te lo lleves de vuelta a tu casa o al contenedor pero nunca en un paisaje tan bonito. De verdad hay gente que necesita vivir 1000 años para aprender
Perfecto lo de entanarse pero por favor que no se entanen sus basuras.
Lo malo es que falta civismo pues después dejan todo echo un hasco