Dieciocho emigrantes murieron este viernes en un asalto de especial violencia de unos 2.000 subsaharianos que intentaron cruzar desde Marruecos a la ciudad española de Melilla, un episodio que dejó un balance de 322 heridos, de los cuales 189 son agentes marroquíes y españoles y otros 133 emigrantes.
El intento de saltar la valla que separa el país magrebí de la ciudad española en el norte de África comenzó pasadas las seis de la mañana, cuando los emigrantes empezaron a aproximarse a la frontera y fueron detenidos por un amplio dispositivo montado por Marruecos.
A pesar de los esfuerzos de los agentes marroquíes, dos horas después un grupo de unos 500 subsaharianos consiguieron llegar a la valla y rompieron con una cizalla una puerta de acceso, tras lo cual comenzaron a entrar a Melilla. Según la Delegación del Gobierno de la ciudad, 133 de ellos lo consiguieron.
El intento más violento en años
Los emigrantes asaltaron la valla con una violencia que no se había visto en años, aseguraron a Efe fuentes de seguridad marroquíes, e iban armados con cuchillos artesanales, palos, martillos y piedras. También con ganchos para escalar la valla.
En su avance, incluso arrojaron un tipo de ácido hacia los agentes marroquíes, pero la sustancia no alcanzó a ninguno de ellos, indicaron las mismas fuentes, que ofrecieron un balance de alrededor de 1.000 emigrantes detenidos en Marruecos, muchos de ellos de nacionalidad sudanesa.
Los agentes marroquíes usaron por su parte gas lacrimógeno para dispersarlos y a resultas de los enfrentamientos murieron al menos 18 personas subsaharianas.
En un primer balance, fuentes de las autoridades locales de la provincia de Nador, fronteriza con Melilla, informaron del fallecimiento de cinco personas arrastradas por la multitud en una avalancha o bien al caer al suelo desde un muro.
Las mismas fuentes actualizaron el balance a última hora de la noche hasta 18 emigrantes muertos, sumando a los cinco primeros otros 13 que se contaban entre los heridos. Y añadieron que no hay ningún fallecido entre las fuerzas de seguridad de Marruecos.
En total, las autoridades locales marroquíes contabilizaron 76 emigrantes heridos y otros 140 agentes marroquíes atendidos por heridas (5 de gravedad).
Del lado español, el balance de afectados fue menos grave y el asalto se saldó con 106 personas heridas, concretamente 49 agentes de la Guardia Civil y 57 inmigrantes, de los cuales tres tuvieron que ser trasladados al hospital.
Un asalto esperado
Cientos de subsaharianos llevaban días congregándose en zonas de Marruecos cercanas a Melilla y preparando un asalto masivo a la valla, muchos de ellos de nacionalidad sudanesa, que contaban, según fuentes policiales marroquíes, con la colaboración de ciudadanos del país magrebí por su proximidad idiomática y religiosa (tanto en Sudán como en Marruecos se habla árabe y se profesa el islam).
Concretamente se estaban reuniendo en montañas difícilmente accesibles situadas en la comarca de Bini Buiafrur, a unos 20 kilómetros al oeste de Melilla.
Ante estos hechos, las autoridades marroquíes llevaron a cabo dos operaciones este jueves y el pasado sábado para intentar frustrar sus planes, que también se tornaron en violencia y acabaron con alrededor de 200 agentes heridos, uno de ellos de gravedad, según fuentes de seguridad.
España elogia a Marruecos
El asalto se produjo en un momento de sintonía diplomática entre España y Marruecos. Ambos países retomaron sus relaciones en marzo tras un año de crisis que tuvo su momento álgido en mayo de 2021, cuando miles de emigrantes entraron en la ciudad española de Ceuta, próxima a Melilla, ante la pasividad de las autoridades marroquíes.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, elogió hoy la colaboración marroquí para intentar frenar el asalto "violento y organizado" y se solidarizó con los agentes heridos.
Sánchez destacó la "extraordinaria cooperación" con Marruecos ante este asalto, que demuestra, dijo, la necesidad de mantener la mejor de las relaciones con el país vecino.
"La Gendarmería marroquí se ha empleado a fondo en tratar de evitar este asalto violento, bien organizado, bien perpetrado y bien resuelto por parte de los dos cuerpos de seguridad", añadió desde Bruselas.
El asalto se produce menos de diez días después de la reunión en Madrid entre los ministros del Interior de España, Fernando Grande-Marlaska, y Marruecos, Abdelouafi Laftit, en la que resaltaron la "ejemplar" cooperación entre ambos países en materia de seguridad, especialmente en el ámbito migratorio.
La crisis entre Rabat y Madrid estalló en abril de 2021, cuando las autoridades españolas permitieron que el líder independentista saharaui Brahim Gali recibiera atención hospitalaria en España.
La situación se agravó el 17 y 18 de mayo de ese año con la entrada irregular desde Marruecos de más de 10.000 personas en Ceuta y la llamada a consultas de la embajadora marroquí en Madrid.
A partir de marzo pasado, se recondujo después de que Sánchez apoyara la propuesta marroquí de autonomía para el Sáhara Occidental, antigua colonia española administrada ahora en parte por Marruecos y cuya independencia total reclama el Frente Polisario.
Jose mira la foto campeón
Aquí no se puede culpar al gobierno marroquí de no respetar los derechos humanos, ante una avalancha de 2000 imigrantes, armados con piedras, y otros utensilios como hachas y cuchillos, es de derecho que la policía tanto marroquí como española tengan y deban de defenderse para no solo frenar el salto sino para proteger sus propias vidas. Por ello todo comentario de Podemos y de otras instituciones humanitarias, está fuera de contexto. Si se le exige a Marruecos contundencia, hay que respaldarlo cuando la ejerce. Y sino lo que siempre decimos, que sea la ONU la que intervenga en la política de esos países africanos, y remedien la tiranía , la violencia y el hambre. Sólo así esas personas no tendrán necesidad de huir ni de enfrentarse a una muerte imnecesaria.
La culpa está en los intereses económicos y en mirar al lado equivocado intencionadamente.
Esto es triste pero hay que decir las cosas claras, y declaraciones como las que hacía la excaldesa Manuela Carmena y nuestra alcaldesa Ada Colau y la teniente de alcalde Janet Sanz criticando la ley de extranjería por ser una ley racista y prácticamente pidiendo papeles para todos, pues no ayudan para nada a solucionar el problema, más bien lo fomentan. Y por si alguien no lo sabe, Africa tiene más de 1.200 millones de habitantes, y todos sintiéndolo mucho, pues no caben.