El incremento de efectivos, la asunción de responsabilidades políticas y las soluciones ante la problemática de los menas, principales reclamaciones de los organizadores.
Opinión Popular de Melilla, una organización surgida en torno a un grupo de la red social Facebook, congregó ayer a centenares de melillenses frente a la Delegación del Gobierno para protestar por la sensación de inseguridad que se ha extendido entre un sector de la población. La concentración se desarrolló con normalidad y sirvió al grupo para hacer escuchar sus preocupaciones y trasladar públicamente los puntos que, bajo su perspectiva, han de reforzarse para paliar las carencias de la situación actual. El incremento de efectivos y equipos de seguridad, una nueva estrategia para el tratamiento de la problemática de los menores extranjeros no acompañados (menas) y, en general, la asunción de responsabilidades por parte de las autoridades políticas fueron los principales asuntos abordados por los organizadores y manifestantes.
El acto dio comienzo, como estaba previsto, a las 21:00 horas de la noche. La convocatoria especificaba la Plaza de España como punto de reunión, para, finalmente, desarrollar la protesta ante la sede de la Delegación del Gobierno. Ayer en este mismo periódico, la organizadora de la concentración, Alicia Echevarría, bromeaba con la posibilidad de manifestarse sola. No lo hizo. Según Policía Nacional, la acompañaron entre 350 y 400 personas, aunque las cifras oficiales quedan lejos de las estimaciones de Opinión Popular de Melilla, quienes calculan que el número real ronda el doble. Los organizadores explicaron la diferencia argumentando que “al decir que ha venido menos gente, parece que no ha tenido éxito la concentración”.
El manifiesto
Una de las organizadoras de la protesta leyó el manifiesto con la ayuda de un megáfono. La inseguridad que, según Opinión Popular de Melilla, siente la ciudad autónoma, centró la totalidad del discurso. En este sentido, se apeló directamente a los menas y a la responsabilidad que, sobre ellos, tiene la Administración local.
“Estamos cansados de no pasear tranquilos, de mirar de reojo cada vez que salimos a la calle, de oler el miedo en nuestra ciudad. Exigimos más seguridad. Para nosotros, para nuestros hijos, para nuestros mayores. Señores políticos, escúchennos todos. Ya está bien de que los menas delincan, atemoricen a la población y de que no les pase nada. Si están tutelados por la Ciudad Autónoma, que sea ésta la que responda de sus actos. Y que lo haga a todos los niveles: educativo, ético y judicial”, rezaba un extracto del manifiesto.
A este respecto, las críticas se personalizaron en la figura del delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, del que incluso llegó a pedirse su dimisión a través de diferentes cánticos de los manifestantes. “Pedimos a El Barkani que no nos trate como si fuéramos borregos”, recogió el documento.
También se reclamó el aumento de efectivos de los cuerpos de Policía y Guardia Civil, a los que se exhimió de responsabilidades con respecto al problema de la inseguridad. “La Policía Nacional y la Guardia Civil son los que están en la primera línea de la seguridad ciudadana. Hay una necesidad imperiosa de que tengan protocolos de actuación dignos y proporcionados a la relación de delincuencia que estamos teniendo”, contó a El Faro un manifestante.
La primera de muchas
La organización confirmó que la protesta de ayer fue “la primera de muchas”. “Melilla tiene que salir a la calle las veces que haga falta. Que tienen que ser dos, tres, cuatro, mil. Las que sean necesarias para la prosperidad de esta ciudad”, aseguraba una de las organizadoras de la concentración.
‘¡Despierta Melilla! Por una ciudad segura’, ‘Con nuestras fuerzas de seguridad’ o ‘Quiero ser libre, no valiente’ fueron algunos de los lemas que pudieron leerse en las pancartas de los manifestantes, quienes reiteraron, una vez más, su independencia política.
Presencia policial
La concentración se desarrolló bajo la supervisión de la Policía Nacional. La actuación de los agentes se limitó a la vigilancia de la protesta y al control del tráfico en las dos calzadas que separan la Plaza de España y la Delegación del Gobierno, lo que derivó en el forzado retroceso de la manifestación al inicio de la misma.
Cabe reseñar que no hubo incidentes de gravedad, si bien fuentes de la organización comentaron que Policía Nacional apartó del grupo a dos personas y les tomó la documentación, por un presunto delito de insultos a la autoridad.