Eran las ocho de la tarde y las inmediaciones de la Plaza de Toros ya estaban a reventar. Se notaba en el ambiente las ganas de Semana Santa que dejan sentir los melillenses. Como Lourdes, que contaba a El Faro cómo se emocionó hasta las lágrimas viendo a La Pollinica entrando en el Parque Hernández. "Esto es una catequesis en la calle y tenía ya muchas ganas de verla", añadía.
Era el comentario generalizado entre los muchos cientos de ciudadanos que acudieron a la salida de La Sentencia desde la Plaza de Toros. "Ya era hora", "gracias a Dios volvemos a la normalidad", "hay ganas de Semana Santa", "parecía que no iba a llegar nunca". Eran frases muy repetidas entre los presentes.
Alguna de estas personas incluso confesaba que era la primera vez que salía a la calle para participar en la Semana Santa. "Esta vez sí tenía ganas de ver los pasos en la calle", decía nuestro interlocutor.
La ausencia de estos años atrás ha provocado que muchos melillenses echaran de menos las salidas procesionales típica de cada primavera. La pandemia, sin embargo, no ha podido acabar con la tradición y, aunque se veían menos mascarillas de lo que pudiera esperarse, la gente estaba expectante.
A las ocho y cuarto en punto, la Cruz de Guía hacía su aparición desde el callejón aledaño a la Mezquita del Toreo. Comenzaba la primera estación de penitencia de la Real Cofradía y Hermandad Franciscana de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores en esta Semana Santa.
Y se trataba, además, de Nuestro Padre Jesús ante Pilatos, conocida popularmente como "La Sentencia". Una bellísima representación del momento en que el gobernador romano manda a Jesús a la crucifixión que, además, la cofradía lleva con paso sevillano.
Fue en 2010 cuando el trono de "La Sentencia" se transforma en paso, sustituyendo a los hombres de trono por los cargadores; la campana de órdenes dio paso al llamador y desde entonces, Nuestro Padre Jesús ante Pilatos se convierte en una singularidad más de nuestra Semana Santa.
Cargadores
Cuarenta cargadores llevan esta preciosa representación del momento de la sentencia. A la salida, custodiado el trono por la Guardia Civil, arrancaron los aplausos del numeroso público asistente ejecutando una perfecta chicotá al mando del capataz Dani Reguera, un melillense muy bregado en estas lides como costalero que fue en Granada durante largo tiempo.
La Agrupación Musical del Nazareno ponía la guinda a un momento mágico interpretando una marcha en total armonía con el "baile" de los cargadores. Aplausos de nuevo en Luis de Sotomayor cuando
Iniciaba la procesión su recorrido, seguido por los numerosos melillenses asistentes, muchos de ellos gente muy joven, lo que da cuenta de la buena salud de la que goza la Semana Santa de la ciudad.
Tras la Cruz de Guía, el estandarte y las filas de penitentes cirio en mano. La sección de la Guardia Civil custodiaba el paso, que salió por primera vez en procesión en 1947 y detrás, majestuoso, Jesús con las manos atadas como figura central del grupo escultórico, que se extiende al propio Poncio Pilatos, un romano y el esclavo que sujeta la palangana.
Los cientos de melillenses que acompañaban a la procesión se instalaron en la Avenida Juan Carlos I para asistir a la Carrera Oficial. Allí, frente a la tribuna, situada enfrente de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, se realizó la estación de penitencia y se dio cumplimiento a la oración.
El paso completó su recorrido desde la Plaza Héroes de España por General O'Donnell, Castillejos, Luis de Sotomayor, Plaza Velázquez, Querol y Millán Astray hasta volver de nuevo a la Plaza de Toros. La recogida, a las doce y media de la noche, puso punto y final al Lunes Santo melillense.