Los cuatro equipos de Atención Primaria en Melilla han recibido entre martes y miércoles sesiones formativas en colaboración con laboratorios Hartmann sobre “Visión global del paciente con incontinencia: desde la prevención hasta la solución del problema”.
Así lo ha reportado la Dirección Territorial del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (INGESA), que informa además que a los profesionales de enfermería de esos equipos se les ha dado un recorrido por los efectos de la incontinencia en la piel madura, incluyendo el análisis de los factores internos y externos que contribuyen a la debilidad de la piel.
Impartida por Ana Mendoza, gerente de zona, en la formación se han explicado las características de los absorbentes y la importancia de la tecnología para prevenir posibles problemas, contemplando la descripción de productos para el cuidado de la piel con el objetivo de evitar posibles úlceras por presión y para tratar o evitar dermatitis del pañal, hongos, etcétera.
Como todos los órganos del cuerpo humano, las características de la piel cambian con el tiempo, experimentando pérdida de elasticidad, turgencia y tonicidad, mayor fragilidad y disminución de la capacidad de cicatrización.
La piel madura se caracteriza por su sequedad y aspereza al tacto, además de poseer arrugas y adquirir una tonalidad amarillenta que se agrava con irregularidades en la pigmentación, adelgazamiento y visualización de las pequeñas venas.
Los expertos recomiendan que antes de elegir sustancias para el cuidado de las pieles maduras se deben estudiar los signos de envejecimiento que muestra cada una, atendiendo al nivel de sequedad, la profundidad de sus arrugas, la coloración, las alteraciones pigmentarias o qué grado de atrofia padece.
Entre las recomendaciones que ofrecen para su cuidado se cuentan la hidratación, dieta e higiene adecuadas, además de la prevención de traumatismos, la identificación temprana de lesiones y el uso de protección solar.