La Autoridad Portuaria de Melilla ha anunciado que para este año 2022 tiene confirmada la llegada de once cruceros a la ciudad y no descarta que a esa lista puedan sumarse otros más.
La noticia llega justo cuando por fin se ha hecho realidad la bajada de la tasa de importación de embarcaciones de recreo del 7 al 0,5%, lo que convierte a Melilla en el sitio más barato de toda España y de todo el Mediterráneo para matricular barcos.
Después de mucho tiempo sin noticias positivas, por fin empiezan a materializarse iniciativas esperanzadoras para Melilla.
Hemos parado de llorar y de quejarnos de la asfixia marroquí para empezar a mover ficha en la dirección adecuada. No es la primera vez que Melilla tiene que reinventarse. Lo hemos conseguido en ocasiones anteriores y volveremos a conseguirlo esta vez.
No estamos lanzando las campanas al vuelo a las primeras de cambio sino celebrando la salida del estado de 'shock' en el que nos había dejado la pandemia.
Es cierto que el turismo de cruceros no es precisamente el que más dinero deja ni en Melilla ni en España, pero sí es una buena manera de empezar a lavar nuestra imagen y de pensar en todos los empleos secundarios que deja esta modalidad turística.
En ese sentido, debemos felicitarnos por la buena opinión que los 750 cruceristas del buque Riviera, que visitó nuestra ciudad en noviembre pasado, han dejado plasmada en las encuestas realizadas por la naviera.
Los turistas que nos visitaron en el Riviera se llevaron muy buena impresión de Melilla. Destacaron la limpieza y puntualidad de los autobuses de la COA y la seguridad que les aportó la presencia policial por todas partes.
De eso se trata, de que los visitantes pasen un día agradable en nuestra tierra sin ningún tipo de incidentes. Se trata de que se lleven la mejor opinión posible y de que lo transmitan en sus países y a la naviera para conseguir que Melilla sea un puerto de parada obligatoria para los barcos de lujo que cruzan el Mediterráneo cargados de turistas.
Poco a poco empezamos a ver algo de luz al final del túnel. Queda mucho por hacer. Esto debe ser sólo el principio. Hay que seguir avanzando y para conseguirlo, es imprescindible que salga adelante la conexión marítima entre Melilla y Argelia, sin renunciar a la comunicación marítima con Marruecos.
Tenemos que reinventar el futuro de esta ciudad. Hay que trabajar en esa dirección. No podemos darnos por vencidos.