La consejera de Educación, Cultura, Festejos e Igualdad, Elena Fernández Treviño, asegura que "hoy estamos para traer memoria de lo que somos, y de lo que no debemos ser" al hablar en nombre de las autoridades de la Ciudad en el acto por el Día Internacional de Conmemoración del Holocausto.
La recordación tuvo lugar en el salón Dorado de la sede de la Asamblea de Melilla, y Fernández Treviño alertó que "el germen de esas políticas de odio amenaza todavía a la sociedad, incluso en el siglo 21" por lo que considera "tenemos que estar muy atentos a que este tipo de sucesos tan tremendos no vuelvan a suceder, ni nada que se le parezca pues hablar de esa lacra de la historia que fue el nazismo es hablar de intolerancia, fanatismo, de odio y de muchas otras semillas que se deben evitar en pleno siglo 21 en una democracia".
El presidente de la asociación Mem Guímel, Mordejai Guanich, agradeció a las autoridades locales ese acto, que recordó es el primero que realiza la ciudad, y ha recordado "el exterminio de 6 millones de judíos así como de millón y medio de gitanos" que dijo "fueron asesinados por ser diferentes".
Seguidamente ha expresado que "somos hoy el recuerdo de lo que no podemos volver a vivir" y ha advertido que el "mal puede desencadenarse" pues considera que el antisemitismo no fue accidental y "que el holocausto no tuvo la última palabra, la tenemos hoy".
Tras hacer un recuento de los horrores a que fue sometido el pueblo judío en lo que considera ha sido el momento más oscuro que recuerde la Humanidad y el mayor y más horrendo crimen, Moderjay Guanich ha llamado a hacer énfasis en aquello que nos une e instó a no olvidar lo sucedido, que es matar 2 veces".
Inicio de la jornada
La conmemoración para rendir homenaje a las víctimas del Holocausto dio inicio con el encendido de seis velas a cargo de autoridades políticas y del gobierno de la ciudad, junto a miembros de entidades sociales, religiosas y sindicales.
Cada una de las velas tiene un significado pues la primera de ellas se dedicó a la memoria de los seis millones de víctimas del pueblo judío exterminado por los nazis; la segunda fue para recordar el millón y medio de niños y niñas aniquilados en las cámaras de gas nazis, en tanto la tercera fue para recordar a los miembros del pueblo gitano exterminados durante el holocausto. La cuarta vela fue encendida para rendir homenaje a las víctimas españolas que murieron en los campos de concentración, en tanto que con la quinta se quiso recordar a quienes arriesgaron su vida para salvar a los perseguidos por el nazismo. La última fue dedicada al fin de las persecuciones y los crímenes contra la humanidad.