El 27 de diciembre, la vicepresidenta del Gobierno local, Gloria Rojas, dijo a la prensa que, en efecto, el nuevo contrato marítimo que el Ministerio de Transportes iba a sacar para Melilla era "espectacular" porque contemplaba para 2022 un aumento del doble del presupuesto que hemos tenido en 2021.
Para entonces, en El Faro ya habíamos conseguido, después de un montón de correos electrónicos, que el ministerio nos confesara que no había tal aumento, como había adelantado el diputado del PP Manuel Ángel Quevedo, sino un presupuesto goloso de 22,3 millones para un año y su prórroga. Lo que significa, como publicó este diario, que hay 11,15 millones por año para 2022 y 2023. Esta cifra es inferior a los 11,47 millones del último contrato (2021).
Pues bien, dos días después de que Gloria Rojas dijera que el nuevo contrato marítimo es espectacular, el 29 de diciembre la Plataforma de Contratación del Estado confirmó que no hay ningún aumento en el contrato marítimo de Melilla. Ni en dinero, ni en rotaciones, ni en condiciones.
Yo creo sinceramente que Rojas no se ajustó a la realidad gratuitamente. Le podemos criticar sus resbalones en materia de recursos humanos y selección de personal, pero nadie puede decir que sea una Trump de la política o una discípula aplicada de Pedro Sánchez.
En mi opinión, Rojas no sabía de lo que estaba hablando cuando dijo que el contrato marítimo era espectacular, probablemente porque la persona encargada de estar al tanto de lo que se cocía en Madrid sobre ese contrato no le dijo que no había hecho su trabajo o que si lo había hecho, evidentemente no dio los frutos esperados porque en Madrid no nos respeta ni nos aprecia nadie.
Sólo así se explica que haya dicho algo que no se ajusta ni lejanamente a la realidad y que luego no haya tenido el valor de asumir que siendo vicepresidenta, consejera de Administraciones Públicas, de Turismo y de Emprendimiento Económico, además de secretaria general del PSOE, no le queda tiempo para preocuparse por uno de los temas que más preocupan a los melillenses: la conectividad con la península de la que, por cierto, depende el despegue del Turismo en Melilla, un área que al parecer Rojas no está dispuesta a ceder al número 6 de la lista electoral, Jaime Benguigui, ni al responsable de Turismo en el partido, Yeray Díaz.
Con esa memoria de elefante que Dios me ha dado, recuerdo que en uno de los últimos contratos marítimos del PP, Marina Mercante aumentó la edad de los barcos permitidos de 15 a 20 años. Esa decisión que favorecía a la antigua Acciona, puso al exconsejero popular Javier Mateo en un aprieto.
En ese momento, el PSOE de Gloria Rojas estaba en la oposición y la lió parda. El 15 de marzo de 2017, Gloria Rojas dio una rueda de prensa para vaticinar lo que el tiempo convirtió en una realidad: que la naviera con los barcos más antiguos se iba a quedar con el contrato marítimo. (Si quiere leer sus declaraciones, pinche aquí).
En esa ocasión, Rojas nos desveló el secreto de la tolerancia con los barcos viejos. Dijo textualmente: "Las navieras no van a presentar sus barcos más nuevos y modernos, porque eso siempre va a ser más caro, por lo que los melillenses nos vamos poder encontrar con que Melilla va a tener los barcos más viejos que estén en servicio de toda España”, advirtió.
Cuatro años después, el contrato marítimo depende del Gobierno del Pedro Sánchez que, como todos sabéis, es socialista, como Gloria Rojas. Y el Ministerio de Transportes tiene una ministra socialista así que no creo que cometo ningún exceso si digo que los socialistas han empeorado el contrato marítimo porque el concurso que está en estos momentos en liza permite barcos de hasta 25 años. Cinco por encima de los 20 con los que tragó el PP.
Exactamente el nuevo pliego de condiciones habla de barcos con un máximo de 15 años, pero admite excepcionalmente buques de hasta 25 años siempre y cuando la naviera acredite que en la actualidad esos barcos son empleados en los mismo tráficos entre Melilla o la península o en trayectos similares en otras zonas. Esto es un traje a medida y lo demás son tonterías.
¿Cómo se os queda el cuerpo? Lo que era malo hace cuatro años, ahora es espectacular. Entiendo que lo menos que podía imaginarse Gloria Rojas es que llegaría al Gobierno y que le correspondería a ella poner la cara por un contrato marítimo malo que demuestra que desde que Pedro Sánchez mostró la puerta de salida al ex ministro, José Luis Ábalos, han perdido cualquier tipo de influencia, si es que en realidad la tuvieron, en el Ministerio de Transportes.
Creo que es necesario que el Partido Socialista dé explicaciones. A finales de noviembre de 2021 se fue FRS de Melilla. Este mes se va Air Europa y quedamos a merced del contrato público. Melilla deja de ser atractiva para las aerolíneas y navieras y todos sabemos que eso se debe, en esencia, al cierre de la frontera y a la falta de inversiones en la ciudad.
No hay fecha del retorno de la embajadora de Marruecos a Madrid ni hay pistas que apunten a que desde España se está trabajando para que eso ocurra. Ya hemos dado por hecho que tenemos que hacernos a la idea de que el cierre de la frontera va para largo a pesar de todo el daño que esto hace a la economía de los dos países y, sobre todo, a las familias que llevan dos años separadas.
Para el Gobierno de Pedro Sánchez el contrato marítimo no es una prioridad ni siquiera ahora que llegan los fondos europeos y no saben cómo gastarse el dinero.