Marín afirma que quedarse en España era la salida lógica de estos 47 ciudadanos.
El presidente accidental de la Ciudad, Miguel Marín, mostró ayer su satisfacción ante la decisión de no repatriar a los 47 ciudadanos bengalíes que, tras cuatro años residiendo en el CETI en Melilla, partieron con destino al CIE de Barcelona de donde han sido puestos en libertad recientemente y en vistas de conseguir un permiso de residencia cuando se estudie sus casos detenidamente. Un criterio que el Gobierno local ha mantenido “siempre” tal y como apuntó Marín en comparecencia de prensa.
Tras viajar rumbo a Barcelona y permanecer en un CIE durante 60 días a la espera de ser repatriados a su país de origen, los inmigrantes salieron el pasado martes del mismo tras no haberse hecho efectiva su expulsión. Por tanto, pasarán a manos de los servicios sociales de la Ciudad Condal, mientras que, por su parte, el Gobierno estudiará su posible regularización en base a su situación humanitaria.