La Avenida Juan Carlos I presenta un elevado número de locales comerciales vacíos, una situación que llama la atención teniendo en cuenta que se trata de la principal vía de Melilla.
No es habitual que la zona comercial más relevante de una ciudad no tenga completos los bajos de sus edificios. Se presupone que el atractivo comercial de la calle debe ser una razón de peso para que los comerciantes deseen instalarse en estos lugares privilegiados. No es el caso de nuestra ciudad. Y es que, los precios de los alquileres en la zona no son económicos. Al empresario que desea abrir su negocio en esta zona no le salen las cuentas, el precio que piden por arrendar el local no es acorde a la facturación de la empresa.
Existen buenos locales, con posibilidades comerciales y que podrían albergar nuevas empresas, pero los dueños de estos bajos parece que están sobrevalorando su propiedad.
Cada uno es muy libre es estipular lo que vale su local, pero esperar a que una gran marca elija tu propiedad y esté dispuesta a pagar los elevados precios que se piden es, en muchos casos, una utopía.
Además, este fenómeno no beneficia a nadie. El propietario sigue con el local vacío sin ingresar nada por él y el comercio del centro permanece aletargado, sin nuevas tiendas que ayuden a generar un efecto red que cree una zona atractiva para los clientes. Parece complicado cambiar esta dinámica, pero mientras se mantenga, el comercio del centro no llegará a despegar.